Aquello de que la noticia es que un hombre muerda a un perro y no al revés ha quedado definitivamente derogado. En las redacciones se hacía con esta realidad una broma y cuando alguien llegaba de buscar una noticia se le preguntaba: «¿Perro mata camión?».
Esta locura que le ha dado la vuelta a todo también lo ha hecho con esta situación. No es ninguna broma, es la única realidad del momento, la noticia esperada es la no noticia: que el perro muerda al hombre, que el camión mate al perro... el equilibrio de la naturaleza en estado puro, que no pase nada que se escape a la normalidad.
Porque la realidad diaria es que todo es irreal e inesperado. En el ya lejano inicio de la pandemia Mauri cargaba cada noche la máquina en la mochila y fotografiaba calles vacías, plazas sin un alma a la que preguntar dónde queda una calle, gente asomada a la ventana mirando para la nada. Después aparecieron las mascarillas, la gente tomando café en Siberia sin salir de León. La vida parece que se contagio de la locura y encontramos en las páginas de los periódicos a unas autoridades profanando tumbas por orden judicial, a otras que se cuelan en la cola, que siempre fue sagrado, cada cual su número... Y soñamos con el día que ocurra lo que cada día ocurre, que los perros muerdan... Le quitas la mascarilla a la mujer y ésa es la noticia, nada, un niño, el abuelo, la calle... la vida.
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