Pero llevaban pasajeros

31/05/2017
 Actualizado a 17/09/2019
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Contaba Mantecón, recordado central culturalista, cómo en los años históricos del equipo se desplazaban enel «autobús de los mejicanos», con bancos de madera, con fuego hecho en tarros con gasolina para calentarse y alguna tuvieron que hacer dedo para llegar. «Pero fueron los mejores años», porque la vida iba dentro.

Cuenta Tines, un histórico cobrador de la empresa propietaria de este autobús de la foto (Reyero), como en el viaje de regreso Torío arriba de los domingos a las 10 de la noche llegó a meter más de cien viajeros en un autobús de cincuenta. «¿Cómo? Empujando».Y reflexiona sobre «cómo ibas a dejar a todos aquellos rapazones que llegaban corriendo desde el Club Radio la Tropicana, con una sofoquina de aúpa, allí tirados, si no tenían otra manera de volver a casa».

Recuerda Jaimito el de Mael queeste mismo autobús tenía en la parte trasera unas escalerillas para subir a colocar maletas en el portaequipajes del techo. Ylos chavales que querían ir de fiesta esperaban su paso y subían por las escalerillasa la carrera para acurrucarse entre las maletas y apearse unos metros antes del destino entre los pitidos de Antonio o Fernando Reyero, que los habían visto subir y bajar.

Viejos autobuses con historias viejas... y viajeros. Porque esas mismas lineas van tan vacías que te dan ganas de subir a saludar al chófer.
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