Peregrinos del camino olvidado: los primeros ingenieros

La Asociación Leonesa del Camino Olvidado ha celebrado su primer congreso en León

Miguel Ángel Fernández Pérez
12/11/2022
 Actualizado a 12/11/2022
Fue utilizado por los peregrinos entre los siglos IX y XII, siendo una de las rutas jacobeas de mayor antigüedad. | L.N.C.
Fue utilizado por los peregrinos entre los siglos IX y XII, siendo una de las rutas jacobeas de mayor antigüedad. | L.N.C.
Los días 4 y 5 de noviembre de 2022 se celebró en LEÓN el Primer Congreso del Camino Olvidado auspiciado por la Asociación Leonesa del Camino Olvidado y con la presencia y colaboración de otras asociaciones entre las que se encontraba la Asociación de Amigos del Camino de Santiago ‘Pulchra Leonina’ a la que pertenezco. Todo un éxito que conocemos por la prensa y que se reflejará en el renacer de este camino que algunos quieren ya renombrarlo como ‘Camino Olvidado’.

Para todos los asistentes al congreso quedó claro que, debido a la invasión musulmana que ocupó la península después de desaparecida la colonización romana y que había avanzado hasta rebasar el río Duero, los peregrinos que querían llegar a Santiago de Compostela a visitar a su santo no tenían más opción que hacer el llamado Camino del Norte que, por la costa, llega desde la frontera francesa hasta la ciudad donde reposan sus restos.

Esta ruta presenta muchas dificultades geográficas pues, además de los constantes ascensos y descensos pronunciados que el terreno abrupto presenta, los peregrinos se veían obligados constantemente a realizar grandes caminatas para rodear las grandes rías y los caudalosos ríos que encontraban a su paso buscando los escasos puentes o zonas accesibles de paso.

Y los peregrinos, gente constante, resistente a las inclemencias y fatigas y abnegados en su caminar, pero inteligente, decidieron buscar una alternativa que fuera menos peligrosa si se acercaban a las tierras llanas de Castilla donde se sucedían las razias de los sarracenos en su intento de conquistar por completo la península y, por otra parte, evitar la ya descrita ruta de la costa cuyas dificultades geográficas ya hemos descrito.

La alternativa la encontraron en la cara sur de la Cordillera Cantábrica que evitaba el trabajoso itinerario de la costa y, a su vez, estaba alejado de las constantes maniobras de las huestes musulmanas asentadas en las cercanías del río Duero.

A partir del Siglo XI este itinerario, según los hallazgos arquitectónicos (escasamente conservados) y las fuentes escritas bien en documentos o bien esculpidas en piedra como ha demostrado en sus trabajos de investigación el profesor José Alberto Moráis Morán que expuso en dicho congreso, adquiere una relevancia muy importante como camino de peregrinación.

Pero avancemos en el tiempo: Hacia 1894 se construye e inaugura una línea férrea que unirá la localidad leonesa de Matallana con la vizcaína de Bilbao. Es una línea férrea, de vía estrecha y con el mérito de ser la más larga de Europa occidental, cuyo fin principal era el transporte del carbón entre las explotaciones carboníferas de León y de Palencia y los Altos Hornos de Vizcaya y otras industrias auxiliares en plena producción y que necesitaban esa fuente de energía para su funcionamiento.

Pero, a su vez, también tuvo mucha importancia en el transporte de viajeros que desde muchísimas localidades de la provincia de León se montaban en sus vagones buscando un futuro mejor en las prósperas ciudades vizcaínas a las que ese mismo ferrocarril llevaba el carbón arrancado de las entrañas de la tierra de zonas muy próximas a sus localidades de nacimiento.

¿Conocen ustedes ese trazado? Pues es el más parecido al que miles de años atrás utilizaron los peregrinos del Camino Olvidado. Si revisamos las localidades del camino encontraremos en que muchas de ellas se asentó una estación del Hullero que es otro de los nombres con el que se conoció a ese ferrocarril: Balmaseda, Arija, Guardo, Puente Almuhey, Cistierna, Boñar, Matallana.

En la década de 1960, con el fin de poder unir las cuencas carboníferas del río Esla y del río Cea con las del río Carrión donde se acababa de construir e inaugurar en 1965 la Central Térmica de Velilla del Río Carrión y así poder transportar por carretera el carbón que no había sido convenientemente seleccionado, cribado y lavado con destino a Vizcaya y que era muy apto para el consumo en térmicas, se trazó una carretera que hiciera posible comunicar las localidades de Puente Almuhey y Guardo pasando por Cegoñal y por la Espina esta última una localidad que tenía minas en plena producción y que también poseía ya una estación de ferrocarril de la línea León-Bilbao.

¿Por dónde creen ustedes que trazaron los ingenieros dicha carretera? Pues precisamente por donde transcurría siglos atrás el Camino Olvidado siendo otra vez nuestros peregrinos los verdaderos ingenieros de este trazado.

Y como curiosidad para gente muy joven como yo (en esa época) colocaron en Guardo en el cruce de la nueva carretera con la que hoy se denomina CL-615 un cartel que rezaba: La Magdalena. Ese nombre para nosotros, por lejanía y desconocimiento de la geografía leonesa (y que me perdonen los habitantes de esa localidad) no era nada más que un dulce exquisito, un pequeño bollo que preparaban nuestras abuelas en el horno de aquellas cocinas bilbaínas que todos teníamos en nuestras casas dada la abundancia del carbón que necesitaban para su funcionamiento, un bollo envuelto en un papel especial con forma cuadrada o redonda con papel rizado.

Pero ahora, ¿qué son los pueblos de Guardo y La Magdalena? Sencillamente dos localidades atravesadas por el Camino Olvidado, trayecto que forma parte del hoy llamado Eje Subcantábrico, trayecto por carretera muy utilizado para el transporte del carbón entre térmicas que están en su trazado: Velilla del Río Carrión en Palencia y La Robla en León, sin olvidar la de Cubillos del Sil a la que el transporte por carretera llegaba a partir de La Magdalena.

Volvemos al principio: los verdaderos ingenieros de este inmenso tramo de carretera actual fueron nuestros peregrinos del Camino Olvidado.
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