Pequeños oasis donde dejar de lado al covid

Bibliotecas municipales del Bierzo notan un interesante aumento de lectores tras el confinamiento y son lugares sin aglomeraciones y con serios protocolos anti contagio

D.M.
05/10/2020
 Actualizado a 05/10/2020
La biblioteca de Cacabelos, donde los libros devueltos guardan seis días de cuarentena antes de volver a los estantes. | L.N.C.
La biblioteca de Cacabelos, donde los libros devueltos guardan seis días de cuarentena antes de volver a los estantes. | L.N.C.
El sector de la cultura está reivindicando medidas para poder trabajar y salvar o sostener al menos miles de empleos en el ámbito de los espectáculos y eventos, ante las dificultades o imposibilidades que se les están poniendo para desarrollar su actividad.

No obstante, hay un pequeño espacio en el mundo de la cultura, en el ámbito público,que ha conseguido adaptarse a la nueva normalidad y que está funcionando con cierta regularidad, con estrictos protocolos anti covid pero manteniendo su actividad esencial. Son las bibliotecas municipales, que en muchos ayuntamientos del Bierzo han percibido un importante aumento de lectores y usuarios de préstamo tras el confinamiento de la primavera por el estado de alarma, que ha causado elevar la afición a la lectura en muchos vecinos.

Los bibliotecarios están jugando un importante papel en nuevo funcionamiento de estos centros, ya que ahora, demás de su tarea convencional, son también vigilantes de las medidas de seguridad y en varios casos limpiadores y desinfectantes.

En Ponferrada, una biblioteca más grande y con actividad cultural permanente, se ha cambiado a la planta baja todo el material de préstamo y únicamente el personal de la biblioteca accede a los libros pedidos por los usuarios, por ejemplo. Desde las fases de desescalada, ha ido aplicando los protocolos que le han permitido abrir salas con reducción de aforo y sigue celebrando exposiciones y eventos culturales con medidas de seguridad en su salón de actos.

Pero son también las bibliotecas más pequeñas, en los pueblos, las que están también manteniendo el pulso a la covid, que han notado más usuarios y socios tras los meses del confinamiento. Personas que se han aficionado a la lectura durante las horas en el hogar durante el estado de alarma y que la mantienen ahora.

«Normalidad con distancia y seguridad , mascarilla y gel hidroalcohólico es como describe Fernando Sánchez, el bibliotecariode Cacabelos, la situación es la biblioteca municipal de la villa. Él se encarga de ventilar las salas cada poco y recordar a los usuarios la necesidad de usar mascarilla e hidrogel. «Nadie hasta ahora se ha molestado por tener que usar así la biblioteca, el tipo de personas usuario de bibliotecas por lo generales gente que entiende perfectamente este tipo de normas, las acata y las respeta».
Recibe cada día más peticiones de libros «de gente que me comenta que se aficionó durante el confinamiento, personas de mediana y tercera edad y eso es una muy buena noticia, porque siguen leyendo y viviendo a buscar libros, se ha notado un aumento en el préstamo de adultos».

Cada uno de esos libros pasan la cuarentena obligatoriade seis días con un sencillo sistema de cajas, por fechas, que al ser devueltos, pasan unos días sin contacto antes de volver a los estantes, para eliminar todo posible riesgo de una posible permanencia de virus sobre el papel. En los ordenadores, también, sesiones más cortas para que haya más posibilidad de que toda la gente que lo precisa pueda tener acceso a Internet. Fernando Sánchez lo tiene claro. «Desde lo público tenemos la obligación de estar ahí, de mantener en los posible estos servicios , con todas las medidas».

Mascarilla obligatoria y uso de hidrogel a la entrada marcan el día a día de la biblioteca municipal de Fabero. Sólo puede haber un 50% de ocupación en los puntos de lectura y en los ordenadores, que el responsable de la biblioteca se encarga de desinfectar tras el paso de cada usuarios. Reconocen que, no obstante, la biblioteca no es un lugar de aglomeración y los usuarios habituales pueden disfrutar del espacios y los servicios con las necesarias garantías.

Lo mismo aprecian en Villafranca del Bierzo, donde la aplicación de protocolos ha reducido aforo, según explica Juan José Rodríguez, responsable de la biblioteca municipal. «En las mesas de estudio se permite sólo dos personas por mesa y siempre en diagonal, no en frente, para que se mantenga la distancia».

Aquí los libros guardan 14 días de cuarentena «y no hay problema, porque el volumen de préstamosno es tan alto como para que falten libros, al cabo de la cuarentena, vuelven a la estantería y ya están de nuevo a disposición de los usuarios. Explica también que cuenta en su puesto con una pantalla mampara protectora.

Pequeñas medidas, sencillas y fácilmente aplicables que no ha impedido que el día a día de las bibliotecas siga adelante en la nueva normalidad. Eso, unido a la conciencia de los usuarios, que tienen también en sus manos parte de la responsabilidad para que poder disfrutar de forma gratuita de miles de títulos literarios y divulgativos, periódicos y revistas, audiovisuales y acceso a internet, siga siendo seguro para todos.
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