dario-prieto.jpg

Pequeñas movidas

20/02/2022
 Actualizado a 20/02/2022
Guardar
Ya estaba uno tirándose el pisto con la voz atildada, hablando a la madrileñidad de la UPL, de las particularidades de nuestra tierrina, incluso de aquel feo escándalo con las cosas filonazis de la wikipedia leonesa… Enfatizante, sabía que había que aprovechar el momento: no siempre se consigue ser el centro de atención, que toda la ‘conversación’, como se dice ahora, gire en torno a ti o a lo tuyo.

Pero vamos teniendo demasiados pelos en según qué partes y allá por el martes ya olíamos que los resultados de unas elecciones autonómicas anticipadas no iban a durar mucho como debate de moda. Mientras declamábamos a foráneos y legos, notábamos por el rabillo del ojo cómo se aproximaba un tren de mercancías informativas descarrilado y a toda pastilla. Oíamos a lo lejos un rumor, no sabíamos muy bien qué, y acelerábamos el ritmo de los razonamientos. Nuestro sentido arácnido detectaba una fuerza no identificada que iba a terminar quitándonos la palabra de la boca, así que hacíamos gestos más grandes antes de que los focos cambiasen de objetivo.

Para el viernes ni dios se acordaba de lo sucedido en las urnas el domingo anterior. Es verdad que los ‘mañuecos’, los ‘igeas’ y demás peñita hayan contribuido a acelerar el quilombo del PP nacional, pero sus nombres se han volatilizado. Nadie mira ahora hacia la submeseta norte. Tristeza y desolación.

La alegría dura poco en la casa del pobre, y los pobres saben bien que una de sus maldiciones es la invisibilidad: nadie se fija en ti, nadie se acuerda de ti, tus problemas dan igual. En otras circunstancias seguiríamos explicantes, juntando las yemas de los dedos de una mano con las de la otra, haciendo pausas dramáticas para introducir elementos cruciales del relato, intercalando pequeñas anécdotas y detalles para hacer más sexy la exposición. Ahora vemos cómo ni siquiera las farsas que está organizando Putin para justificar la guerra en Ucrania consiguen desviar un átomo la atención de la movida en Génova 13. ¿Será que Vladímir tiene los ‘nudes’ de la presidenta que iban buscando los espías y quiere echar un cable?

Luego está esta otra sensación, tan posmoderna, de que nunca pasa nada. Que todos los episodios terminan en un ‘cliffhanging’ de angustia y emoción… para terminar resolviéndose de manera ‘chustera’ en el siguiente capítulo y a otra cosa. Habrá que emplazarnos en el futuro, pongamos tres meses, para ver en qué acaba todo y comprobar si efectivamente se ha acabado el mundo o seguimos con nuestras pequeñas movidas.
Lo más leído