Pendón no es bandera

11/10/2017
 Actualizado a 12/09/2019
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No me quiere meter Mauri hoy en un apuro pensando que no es hoy precisamente el mejor día para hablar de banderas. Es el peor.

Pero ocurre, por suerte, que los pendoneros leoneses lo primero que dicen cuando definen sus pendones concejiles es que «no son una bandera».

Menos mal. Y eso que los asturianos que me rodean por todas las partes viendo el partido Cultu-Sporting cuando ven la foto rápidamente la identifican: «¡Coño! Les banderes que estaban el otro día en la Virgen del Camino». Y tienen razón, quitando que no son banderes...

Curiosos estos tipos asturianos. Pintaron la tarde de León de rojo y blanco, tomaron el Reino por asalto e hicieron de él su casa. Traen en el fondo de su escudo la misma Cruz que los de Oviedo pero les dan a los capitalinos como si fueran servocroatas o albanocosovares, por decir algo lejano. Y se ganan la grada del Reino con sus cánticos: «Puxa Gijón, queremos cambiar Oviedo por León» o suman adeptos con su «Pucelano el que no bote», al que se suma hasta Magín, al que responden con un «tú sí que vales». Unos cachondos. Cuatro llegaron tarde y al preguntarles qué pasó no lo dudaron: «Na fiu, trajimos el coche de Fernando Alonso».

Ya se me fue el oremus. Vuelvo a los pendones concejiles, que tienen una ventaja, representan a pueblos que, en la mayoría de las ocasiones, ya no les queda gente para hacer dos bandos y tener dos banderas.
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