Pellitero, o los imprescindibles que casi nadie ve

Fallece a los 92 años Julián Pellitero, un pionero del ciclismo sin el que es difícil entender su historia en León

Fulgencio Fernández
15/10/2018
 Actualizado a 16/09/2019
Julián Pellitero falleció a los 92 años.
Julián Pellitero falleció a los 92 años.
Hay una raza de personas realmente admirables, aquellos que han hecho mucho y se sabe poco de ellos. Aquellos que tienen mucho que ver con los éxitos y, sin embargo, están en la sombra de los que no aparecen en la primera fila, cortando todas las cintas.

Uno de ellos es, fue, Julián Pellitero, y el deporte que tanto le debe el ciclismo. Este domingo se fue el bueno de Pellitero, a los 92 años, derrotado por las inaccesibles rampas del puerto de una larga enfermedad.

Estuvo en todas las grandes iniciativas, desde la Federación al SLAC o la Vuelta Ciclista a León El ciclismo ha vivido buenos tiempos en esta tierra, no cabe duda. Ahí está esa Vuelta a León que se ha consolidado. Ahí está un Club que es historia de lo mejor de este deporte en esta tierra tomado como hobby, la Sociedad Leonesa Amigos del Cicloturismo (S.L.A.C.) que nació de la misma gente que había creado la Federación de Ciclismo. Pues detrás de todos ellos estuvo Julián Pellitero. Fue una de las almas de la vuelta, lo fue de la Federación, del SLAC... pero nada quedó ahí, allá por los años 60 parieron la idea de una carrera que recorría puntos importantes de la provincia —de León a Mansilla, Cistierna, regresando por Sabero camino de la capital nuevamente—, otras que daban vueltas a las calles más céntricas de la capital de la provincia... «Recuerdo que para organizar la prueba íbamos Ángel Arias (Gelo), Robina (ya fallecido) y yo en moto parando por los pueblos donde iba a pasar la prueba pidiendo por los bares y establecimientos una ayuda económica. En todos los sitios nos apoyaban, pero donde mas apoyo teníamos era en Sabero; siempre se portaban muy bien económicamente», recordaba Pellitero en un reportaje en la revista Piñón Libre, en la que también recordaba que tuvo que adelantar 500 pesetas para que fuera un equipo a competir a Cuenca y «como no les llegó el dinero se lo tuvimos que pedir al Obispo de Cuenca, que nos lo prestó».

Mil anécdotas, entre las que está que el monumento al cicloturista por el que tanto luchó fue tirado al río por algún vándalo, lo sacó del río y a los pocos días fue robado. Sólo queda la peana que el propio Pellitero donó.

Tal vez sea el mejor homenaje levantarlo. Y que lleve su nombre.
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