Pedro Baños: "Europa no necesita líderes fuertes sino capaces de ilusionar"

El militar leonés y experto en geopolítica regresa este viernes al Salón de los Reyes del Consistorio de San Marcelo para presentar su más reciente publicación, ‘El dominio mundial’, que sigue la senda marcada por ‘Así se domina el mundo’

Joaquín Revuelta
29/11/2018
 Actualizado a 13/09/2019
El coronel en la reserva, analista y escritor Pedro Baños. | EDITORIAL ARIEL
El coronel en la reserva, analista y escritor Pedro Baños. | EDITORIAL ARIEL
Casi un año después de la presentación de su best seller internacional ‘Así se domina el mundo’ (Ariel), el coronel del Ejército de Tierra y diplomado de Estado Mayor, Pedro Baños, actualmente en situación de reserva, experto en geopolítica, estrategia, defensa, seguridad, terrorismo, inteligencia y relaciones internacionales, regresa este viernes al mismo escenario, el Salón de los Reyes del Consistorio de San Marcelo, para presentar, a partir de las 20:00 horas, ‘El dominio mundial’ (Ariel), donde detalla cuáles son los instrumentos que se emplean para lograr ese predominio planetario. En el acto de presentación el autor estará acompañado del subdelegado de Defensa en León, Francisco Javier Álvarez-Campana Rueda; la presidenta del Colegio Oficial de Economistas de León, Nuria González Rabanal; la concejala de Cultura, Patrimonio y Turismo, Margarita Torres, y el gerente y auditor de riesgos, Ramón Carro Andrés. Igualmente, Pedro Baños mantendrá el sábado un encuentro con algunos integrantes de ‘El club de los viernes’ a las 14:30 horas en el restaurante Mercado de Varillas de la capital.

– Nueve ediciones en un año, traducido a cinco idiomas y publicado en doce países. ¿Se esperaba realmente el éxito logrado por su anterior publicación ‘Así se domina el mundo’?
– Me ha sorprendido porque no es normal que un libro de geopolítica y encima escrito por un español, que es todavía mucho menos frecuente, haya podido tener este éxito. Es verdad que cada vez el mundo, lo que sucede en todos los países, nos preocupa más, y muy especialmente me ha sorprendido, y además muy gratamente, por la gente joven, que está realmente inquieta por su futuro y por todo lo que está pasando en este planeta, que evidentemente les afecta de un modo todavía más importante.

– Me comentaba hace un año, con motivo de la presentación en León de ‘Así se domina el mundo’, que la primera redacción de alrededor de quinientos folios daba para un segundo libro, que es el que ahora ve la luz con el título ‘El dominio mundial’. ¿Prácticamente ya lo tenía escrito y sólo estaba esperando a que la editorial le diera luz verde para su publicación?
– Digamos que el libro actual casi son tres libros en uno. La primera parte, que son los elementos, los instrumentos que utilizan los poderosos para manipularnos, para controlarnos, la había escrito para el primer libro, aunque estaba en un borrador muy inicial, pero que efectivamente me ha servido para ir madurándolo y perfeccionándolo para digamos hacer un tercio del libro. Lo que pasa es que luego este segundo libro tiene otras partes totalmente novedosas.

– ¿Quién le enseñó a ser tan didáctico a la hora de abordar temas que por lo general resultan bastante complejos de analizar y la mayoría de las veces poco inteligibles para la gente de la calle, a menudo poco interesada en este tipo de asuntos? – Me considero un escritor circunstancial que se va dejando llevar por los acontecimientos. No tenía ningún tipo de preparación previa. Desde que empecé a escribir artículos en prensa, hace ya muchos años, siempre tuve la idea de que había que escribir para saber transmitirlo absolutamente a todo el mundo. Hay veces que cuando una persona escribe lo hace digamos para su nivel intelectual o para su nivel de conocimientos. Y creo que, por lo menos es la idea que yo tenía de estos temas tan sumamente importantes que a lo mejor no se les estaba dando la suficiente trascendencia, había que popularizarlos, había que democratizarlos; en definitiva, que todo el mundo los pudiera comprender y asimilar porque a todos nos importan. – Algunos de los grandes novelistas que abordan el género de política ficción no resultan tan clarificadores como ha demostrado ser usted tanto en ‘Así se domina el mundo’ como en ‘El dominio mundial’. – Sí, de hecho los libros de esta naturaleza escritos por grandes pensadores como Brzezinski se quedaban limitados al ámbito académico o de personas de una formación muy específica. Y es lo que quería evitar. Yo lo que pensé es que había que romper ese modelo que en cierto modo era de secretismo o de aislacionismo con respecto al resto de la sociedad y, como digo, hacerlo visible absolutamente a cualquier persona. – Uno de los comentarios suyos de la entrevista anterior que más me llamó la atención decía que probablemente vivimos en un mundo más inseguro que el de la Guerra Fría. ¿Lo sigue viendo del mismo modo? – Lo estamos viendo ahora mismo con ese choque entre Rusia y Ucrania, y nunca sabemos en qué puede degenerar este tipo de momentos, de incidentes. Hay muchas guerras que han empezado por una pequeña chispa y aquello se ha convertido en un verdadero polvorín. Ahora mismo la guerra económica que mantiene Estados Unidos con China, que va a ir a muchísimo más, pues tampoco sabemos exactamente en que puede derivar. La situación en Oriente Medio vemos que también cada día parece que es más tensa, con amenazas sistemáticas a Irán y a otros países. Por lo tanto vivimos en un mundo sobre todo tremendamente incierto y cambiante a la velocidad del rayo, evidentemente. – ¿Cuáles serían a su juicio las similitudes y las diferencias entre las situaciones que se vivieron en el siglo pasado y que provocaron las debacles que todos conocemos y las que se vienen dando en este siglo XXI? – La diferencia lo marca el ámbito de la tecnología. Al final, como ponía en el primer libro, hay cosas que son invariables, esas pasiones humanas que no se modifican jamás, pero lo que sí que es cierto es todo el ámbito relacionado con la tecnología. Vemos una tecnología que nos está llevando por ejemplo a que las guerras vayan a estar robotizadas en muy poco tiempo, y eso va a suponer un cambio sustancial. Porque, si de por sí las guerras han sido inhumanas, ahora van a estar absolutamente deshumanizadas. – ¿Considera que el perfil de los dirigentes mundiales actuales resulta menos interesante que el de los que les precedieron en el siglo pasado?– Lo que hay es una diferencia importante porque se está produciendo un cambio de paradigma en el liderazgo político. Estamos viendo que están surgiendo en el mundo líderes otra vez fuertes, carismáticos, y además con gran apoyo popular, un apoyo mayoritario en muchos casos, líderes autoritarios que a lo mejor no tienen ese mismo reflejo en una Europa que en cierto modo está más debilitada. Sobre todo, yo aquí no quisiera que hubiera líderes fuertes, que la historia nos ha demostrado que no han sido especialmente positivos, pero en cualquier caso sí que haría falta en esta Europa que pudiera haber líderes ilusionantes, que ilusionaran a la población y sobre todo a esta juventud que está descreída de la propia democracia. – La figura de Donald Trump es muy controvertida. Usted ha asegurado que es el presidente que ahora necesita Estados Unidos y sin embargo aquí lo vemos como un fantoche.
– En realidad él es muy histriónico y sabe muy bien cómo manejar a la opinión pública y cómo aparecer todos los días en los telediarios. Pero eso no significa que no tenga una estrategia, que no sea una persona inteligente, que no sepa muy bien lo que tiene que hacer sobre todo en beneficio de su país. Hay que pensar que Estados Unidos estaba perdiendo protagonismo en el mundo, sobre todo con las grandes potencias que le están haciendo cada vez más la contra, muy especialmente China, y por lo tanto necesitaba recuperar ese poder que, como digo, estaba en cierto modo perdiendo. Por ello necesitaba un presidente del tipo de Trump. Lo que pasa es que aquí es cierto que nos llega una visión muy distorsionada que no coincide con la visión que tiene buena parte de la población estadounidense. La prueba es que en la elecciones de medio término no ha perdido número de votos, y aunque aquí se ha vendido como una derrota, en realidad, salió fortalecido en el Senado y en el número de gobernadores en todo el país.

– La otra vez que hablamos me dijo que la desestabilización de Europa no necesita ayuda exterior. ¿Sigue pensando que la Unión Europea pasa por uno de sus peores momentos?
– Sí, sin lugar a dudas. Además, es algo obvio y se ve con multitud de ejemplos. Hay que pensar que el país que se ha ido de la Unión Europea es ni más ni menos que el Reino Unido. Estamos hablando de uno de los tres países más importantes de toda la Unión Europea. Y además estamos viendo que cada vez hay una desunión mayor, por ejemplo en temas tan sensibles y tan importantes que afectan a los seres humanos como es todo el tema de la migración, cómo hay países que están abandonando incluso los acuerdos internacionales sobre migraciones para no conceder ningún derecho a los refugiados, o incluso cómo los países europeos están enfrentados en muchos escenarios, como puede ser el caso de Libia para ver qué se hace con el petróleo libio. Entonces vemos que esa unidad no acaba de llegar, y lo que es cierto es que si queremos competir en este mundo que cada vez es más agresivo, desde luego o lo asumimos o vamos a tener un futuro tremendamente incierto. Como he dicho en más ocasiones, a la Unión Europea no le va a quedar más remedio, si no quiere desaparecer, que reinventarse y además muy rápidamente.

– ¿Qué tiene que hacer España para no perder protagonismo con relación a sus socios comunitarios?
– Lo primero que tendríamos que tener son políticas verdaderas de Estado. Y para eso necesitaríamos a lo mejor menos políticos y más hombres de Estado. Porque si no tenemos políticas de Estado y las políticas son cambiantes en breves espacios de tiempo, pues no podremos consolidarnos como una potencia media, porque no somos de las más punteras del mundo pero tampoco de las más pequeñas, ni muchísimo menos. España figura entre los doce principales países prácticamente en todos los indicadores de desarrollo. Y por lo tanto deberíamos tener una voz todavía más importante de la que tenemos.

– ¿Qué papel cree que van a desempeñar los flujos migratorios en un futuro inmediato?
– Ya es un problema muy importante desde el punto de vista geopolítico, pero apenas estamos empezando con él. Porque hay que tener en cuenta que mientras en Europa estamos perdiendo población, y de una manera muy alarmante, enfrente de nosotros, a muy pocos kilómetros una vez que pasamos el Estrecho de Gibraltar, pues resulta que el crecimiento es desmesurado. Estamos hablando de países donde el número de hijos por mujer fértil es de más de siete, con lo cual quiere decir que todo el continente africano duplica su población prácticamente cada veinte años, y teniendo en cuenta las condiciones que allí existen sociales y políticas, pues eso va a ser otro impulsor a los movimientos migratorios masivos e incontrolados, que desde luego va a generar graves distorsiones geopolíticas.

– En esa rivalidad, sobre todo económica, que existe entre Estados Unidos y China por la hegemonía mundial, ¿qué papel va a jugar Rusia?
– Rusia intenta tener su parte de protagonismo, o por lo menos que no se la ignore en las decisiones internacionales. Pero no tiene la capacidad económica de Estados Unidos. Estamos hablando de que el PIB de Rusia es la décima parte del PIB de Estados Unidos. Y exactamente igual sucede con su gasto militar. Por lo tanto, aunque intenta rivalizar con esta gran potencia que es Estados Unidos, hoy por hoy no tiene la capacidad de hacerlo.

– ¿Qué incidencia tendrá el terrorismo en este nuevo orden mundial?
– El terrorismo seguirá siendo otro elemento distorsionador, pero hay que pensar que el terrorismo sobre todo es un síntoma de algo; es decir, es lo aparente de algo que está subyacente. Y lo que tenemos que atajar es precisamente esos procesos radicalizadores que terminan originando el fenómeno terrorista. Muchas veces se está siendo excesivamente permisivo con esos procesos radicalizadores.

– ¿Se ha sentido decepcionado por la decisión del actual Gobierno de Pedro Sánchez de paralizar su nombramiento como director del Departamento de Seguridad Nacional (DSN) por presiones llamémosle externas?
– De entrada siempre estaré agradecido a las personas que han pensado en mí para este cargo. Yo con eso me siento ya más que honrado, sobre todo  pensando que soy un chico de barrio que nació en El Crucero y más en concreto en la calle Pérez Galdós. Yo no soy nadie, no tengo familia militar y tampoco tengo familia política. Quiero en primer lugar mostrar mi agradecimiento. Luego, es cierto y no sé si estás al corriente de que el pasado viernes Anonymous ha sacado a la luz unos cuantos informes clasificados y efectivamente yo desde el primer momento dije que había sido una operación de inteligencia muy brillante, muy bien llevada a cabo, y poco a poco se va demostrando que yo estaba en lo cierto y que lamentablemente hay muchas veces intereses foráneos que intentan gobernar o intentar dirigir los canales o digamos los rumbos nacionales, lamentablemente. Pero, como te decía antes, yo siempre estaré  agradecido a todas esas personas que pensaron en mí para desempeñar este cargo de responsabilidad.
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