15/02/2017
 Actualizado a 18/09/2019
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Hablar de deberes nos lleva a hablar de derechos correlativamente. Deber y derecho no son un par de contrarios, antes bien, hay que comprenderlos complementariamente. La razón de ser de los deberes es la posibilidad de tener derechos, su justificación. Y los derechos, sin cumplir con ciertos deberes, no serían viables. De lo que podemos deducir que el buen funcionamiento de toda comunidad de más de una persona, ya sea una pareja, una familia, una empresa o la sociedad en su conjunto, depende de como asumamos nuestro compromiso con los deberes y del uso correcto que hagamos de nuestros derechos.

Me atrevería a decir que en la motivación de deberes y derechos, teniendo su razón de ser en el bien común y en el equilibrio de esté con el respeto al individuo y su desarrollo como persona y ciudadano reside la clave de una sociedad justa, solidaria, libre y enriquecedora. Y por el contrario, nacerá una sociedad injusta y totalitaria en la medida en que no sea el bien común y se omita el desarrollo de la personalidad individual en la concepción de los deberes y derechos que la configuran.

Esto, que en abstracto puede parecer un galimatías, se ve con claridad en la de los pasos de cebra. Existen para que el peatón tenga derecho a cruzar la calle, sin riesgo, ya que la seguridad del peatón reside en el deber del conductor de respetarlos.

Hace unos años tuve la fortuna de vivir en Roma, sin duda una de las ciudades más maravillosas del mundo, pero en la que los conductores no respetan los pasos de peatones. Si un peatón quiere cruzar, debe ser paciente y esperar a que no venga ningún coche o bien, ser un temerario e imponer su derecho a cruzar, aun a riesgo de su propia vida.

En España, hemos superado esta fase, pero nos hemos ido al otro extremo. Obviamente, el peatón tiene derecho a pasar por el paso de peatones, pero no creo que ello suponga lanzarse sin mirar, sin prestar atención a la circulación, exigiendo a los automovilistas que nos adivinen y paren incluso metros antes de que nosotros lleguemos. Y creo que tampoco se trata de eso. Hagamos un buen uso y no un abuso de nuestros derechos, velemos por ellos.

Y la semana que viene, hablaremos de León.
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