Paula Padilla: "Esta música ayuda mucho a desinhibirse"

Paula Padilla se topó un buen día de hace nueve años con un disco de The Boswell Sisters, un trío vocal que coronó su prestigio en la década de los treinta, y quedó atrapada. «Me conquistó totalmente. No entendía cómo aquel grupo no era conocido haciendo las cosas que hacía y, por eso, me entró una inquietud enorme por montar un grupo vocal de esas características». Se puso manos a la obra, lio a Helena Amado y a su propio hermano, Marcos, para que pusieran su voz al servicio del proyecto y luego reclamó el concurso del guitarrista Matías Comino, el contrabajista Camilo Bosso y el baterista Pablo Cabra. Y así, como que no quiere la cosa, acabó constituido O Sister!, una banda de raíz sevillana que encuentra en el swing de los años treinta (con incursiones constantes en el dixie clásico) su principal razón de ser y la excusa para atesorar un repertorio que sabe a tradición y no disimula su regusto clásico, que alterna versiones de temas de siempre con otros de composición propia y que hace acopio de diferentes alicientes. Son muchas las motivaciones que la banda ha encontrado a la hora de elaborar su catálogo de canciones. «Hemos incorporado aquellas que nos llamaban la atención por algo: porque musicalmente nos parecían interesantes, por su contenido... También, nos encanta buscar cosas poco conocidas o dotar a temas populares de arreglos y armonías a tres voces. Con el tiempo también hemos ido sumando composiciones nuestras», comenta Padilla.

O Sister! visita hoy León para, en el claustro de San Isidoro (22:00 horas; entrada gratuita con invitación), poner el punto y final a la segunda edición del Festival de Jazz ‘Cuna del Parlamentarismo’. Y seguro que no pasará desapercibido este grupo entre los asistentes dados los vínculos tan estrechos que establece en todas sus actuaciones con el público. «Nuestra música es recibida con alegría. Cuando miramos a la gente, descubrimos que la mayoría sonríe, y eso para nosotros es realmente importante. Se trata de una música que no se concibe sin el disfrute. Y eso la gente te lo agradece. De hecho, si nosotros no disfrutamos es que no hemos hecho bien nuestro trabajo». Desde luego, O Sister! busca la complicidad con el espectador a través de una relación que resulte natural. «Queremos que se rompa la distancia entre el escenario y el público, que este se sienta a gusto y libre. Nuestros espectáculos se dejan arrastrar por la improvisación y ni nosotros mismos sabemos lo que va a suceder. Y, por eso, estos pasan por diferentes momentos: unas veces fluyen y propician el feed-back; en otras, la gente está más a la escucha... Somos un grupo de directo que necesita el contacto con el público. Nos gusta la imperfección de las cosas que están ocurriendo en el momento».

«Somos personas que vivimos en el siglo XXI». Lo dice Paula Padilla a cuento del revestimiento contemporáneo que tienen las canciones aun sin renunciar a sus referentes e influencias, absolutamente incuestionables. «Por mucho que hagamos una canción de los años 20 la acabamos llevando a nuestro terreno». Aun así, reconoce que aquella música no ha quedado anclada en el tiempo y mantiene su vigencia. «Nos hemos empapado mucho de este estilo y por eso te vas haciendo con un lenguaje peculiar que sentimos que es atemporal. No consideramos que se haya quedado antiguo. Muchas de estas canciones de aquella época sorprenden porque están hechas con una mentalidad muy abierta. No hay que olvidar que se vivió entonces una época de libertad de expresión muy grande y existía una necesidad muy grande de romper con las normas». «A veces el jazz es considerado como una música elitista y sólo para unos pocos. Y no es así. Hacer algo con contenido y enjundia no está reñido con pasarlo bien. Y este jazz primigenio ofrece las dos cosas», concluye Padilla.

El swing vive actualmente un momento de revitalización en España y en ese sentido las contribuciones de O Sister!, banda que cuenta con varios discos (el último, ‘Stompin’ In Joy’, veía la luz el pasado año), han sido realmente relevantes. «Es verdad que el swing hace ya unos cuantos años que está en auge. Fue un poco casual que este estallido se produjera poco después de que arrancáramos. Algunos nos decían que iba a ser una moda pasareja pero lo verdadero es que ahí sigue y cada vez tiene más adeptos». La música, el swing, disfrutó de cierto carácter balsámico en una época tan llena de aristas como la de la Gran Depresión y que, de alguna manera, propone ciertos paralelismos con la actual, sometida al efecto de una crisis cruenta «Esta música ayuda mucho a desinhibirse, a encontrar cierta alegría de vivir en épocas complicadas...».