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Patriotismos de boquilla

12/02/2020
 Actualizado a 12/02/2020
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Se nos ha quedado un país lleno de expertos en banderas, de patriotas exacerbados que van dando títulos de mejores españoles allá por donde van, pero también de mejores vascos, de mejores catalanes y, por qué no decirlo, de mejores leoneses. Y como pocos reconocerán que el mejor español sería el que cumpliera las condiciones que decía Miguel de Unamuno, hablar los cuatro idiomas oficiales del país, se puede hacer perfectamente una guía para saber si de verdad somos ‘españoles de bien’, ahora que se supone que está en peligro la unión de un país que por lo que parece ya estaba formado así antes de que llegaran los romanos. Porque mientras ondeamos las banderas a todo trapo, cada vez más grandes y más altas, no dejamos de utilizar expresiones que poco tienen que ver con el idioma de Cervantes, para así parecer más guays. Idolatramos a cantantes y deportistas extranjeros, muchas veces más que a los españoles, porque en las televisiones, en las radios y en las plataformas digitales, todas ellas de aquí, son los que más impacto tienen. Y no pasa nada si nuestro club preferido ha pasado a manos extranjeras, porque siempre son dueños millonarios, y a esos los vemos con buenos ojos.

Diremos que no hay tecnología de alta calidad en España, pero sí la hay, lo mismo que empresas de aquí que venden por internet todo tipo de productos, pero es más cómodo caer en la tentación del gran vendedor mundial. ¿Se imaginan qué pasaría si todos los españoles miraran las etiquetas de los productos que compran en cualquier tienda y siguieran a rajatabla esa teoría de que es mejor comprar los artículos de aquí para así potenciar la economía del país? Porque si tanto amamos a España, da igual que sean catalanes o murcianos, ¿no? ¿No será que derrochamos patriotismo de boquilla pero a la hora de la verdad es un gran esfuerzo serlo?
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