Patada hacia arriba

Soy consciente de que no hablo en nombre de toda la gente del campo de la provincia, pero sí de la mayoría. Hecha esta introducción, me alegro de la patada hacia arriba que le ha dado el Partido Popular a la hasta ahora consejera de Agricultura y Ganadería, Milagros Marcos, colocándola en el puesto preferente de la lista al Congreso de los Diputados por Palencia. Prometo una cura para olvidar lo antes posible su paso por la gestión de lo agrario en Castilla y León, y espero que quien le suceda después de las elecciones, de su partido o de otro, no aprenda nada de la escuela que deja. Llegó sin saber nada del campo, no se ha preocupado en aprender, solo se ha dejado aconsejar de su grupo de aduladores, y no ha tenido otro empeño que el de salir cada día en los medios de comunicación alardeando de unos logros inexistentes. Lástima que no haya querido aprovechar esta etapa de franca expansión económica, y de una cierta normalidad en el campo si exceptuamos alguna sonada crisis de precios o de cosecha, para pegar un impulso a la economía agraria con medidas estructurales que mejoraran nuestra competitividad, nuestras rentas y consecuencia de ello el bienestar de las familias agricultoras. Ahora dice que va a la política nacional con el ánimo de seguir trabajando por el sector, pero claro, de diputada del partido del gobierno o de la oposición, sin el clientelismo de ciertos medios de comunicación, sin el equipo de altos cargos asintiendo a todas sus ocurrencias, y sin una agenda confeccionada a la medida para dar satisfacción a su ego personal, se enfrentará a la cruda realidad de la vida del diputado: bien pagada, pero francamente irrelevante. Espero que el PP tenga cabezas más lúcidas para encargarle las responsabilidades en materia agraria en su grupo parlamentario en la Carrera de San Jerónimo, y que no siga haciendo méritos para que las gentes del campo, los dirigentes y los agricultores de base, al menos en esta provincia, nos quedemos todavía más huérfanos de referentes agrarios.