Pasando por Europa como un ciclón

El Ademar ganó en 2005 su segundo y último título europeo, la Recopa, venciendo de 12 o más goles en cinco de las seis eliminatorias, incluida la final en la que arrasó al Zagreb

Jesús Coca Aguilera
30/03/2020
 Actualizado a 30/03/2020
Vori da un pase en la final contra el Zagreb, con Erevik en portería y Metlicic, Parrondo y Vatne defendiendo. | MAURICIO PEÑA
Vori da un pase en la final contra el Zagreb, con Erevik en portería y Metlicic, Parrondo y Vatne defendiendo. | MAURICIO PEÑA
15 años han pasado desde la última vez en la que el Ademar reinó en Europa. Desde aquel 1 de mayo de 2005 en el que la escuadra ademarista volvía a colocar a León en la cima del mundo de balonmano, rompiendo una sequía de tres años sin esos títulos a los que habían empezado a malacostumbrar a la afición, y culminando una competición en la que rozó la perfección.

Como un ciclón pasó por Europa aquel año el Ademar, que ganó por una diferencia global de 12 o más goles cinco de las seis eliminatorias a las que tuvo que hacer frente para llevarse el título, incluida una final en la que arrasó a un Zagreb croata que por aquel entonces era uno de los ‘gigantes’ del balonmano mundial.

Y es que a la postre la verdadera final de la Recopa estuvo en cuartos, adonde un conjunto leonés que seguía estando dirigido por Cadenas llegó con una tremenda autoridad, siendo de ocho su triunfo de menor diferencia durante los seis partidos previos a plantarse entre los ocho mejores.

El Meran italiano, el Sarajevo y el Ljubiski bosnios y el Barnik Karvina checa no plantaron cara al Ademar El balonmano empezaba a crecer fuera de los países de ligas más potentes y esta vez en ninguna eliminatoria se disputaron los dos partidos en León, algo que hasta entonces era habitual en las primeras rondas de Recopa o EHF. Pero las distancias seguían siendo importantes y los clubes alemanes o españoles no daban lugar a la sorpresa ante rivales claramente inferiores.

Cumplió esa premisa al pie de la letra el Ademar, que de cada desplazamiento regresaba a casa con el pase virtualmente asegurado. Primero en Italia, donde ganó 28-38 al Torggler Group Meran, que aguantó una primera parte que terminó sólo cuatro abajo pero cesó su resistencia tras ella y luego en la vuelta perdería de 16 (35-19) en León.

Después en Bosnia, donde esperaba un Bosna Sarajevo que no se antojaba como una ‘perita en dulce’, pues el año pasado se había estrenado en la ‘Champions’ cuajando un buen papel en un Grupo en el que plantó cara a Kielce o Veszprem y ganó al Skjern. Sin embargo los leoneses les empequeñecieron con una tremenda exhibición ofensiva en la que pasaron de los 40 goles en ambos partidos, imponiéndose 33-42 en la ida y 43-28 en la vuelta en el Palacio de Deportes.

Desde la ‘Champions’, pues los terceros del Grupo llegaban a esta competición, llegó el rival leonés de octavos, el Banik Karvina. Sin embargo, la resolución fue muy similar a la de las citas anteriores. Sufrieron los leoneses en la primera mitad en la República Checa, en la que su diferencia fue de tres goles (17-20), pero acabaronsentenciando en la segunda para ganar de ocho (30-38) y fueron superiores de principio a fin una semana después en el Palacio, donde al descanso ya iban nueve arriba y acabaron imponiéndose 38-28.

Sólo se sufrió en cuartos con el Hamburgo de Svensson o Gille. Ganaron en Alemania de 4 y perdieron en León de 2 Ahí se plantaban en esos cuartos que supusieron dos batallas de poder a poder entre dos colosos. Por un lado ese Ademar en el que la plantilla que acabaría logrando el título la formaban Jorge Martínez, Ole Erevik, Krivochlykov, García Parrondo, Curuvija, Castresana, Prendes, Metlicic, Kjelling, Raúl Entrerríos, Perales, Viran Morros, Vatne y los dos únicos que, al igual que los técnicos Cadenas e Isidoro, seguían desde el anterior título europeo: Juanín y Colón. Enfrente el Hamburgo alemán, con algunos de los mejores jugadores del mundo en aquella época como el portero Tomas Svensson, el lateral Pascal Hens o el pivote Bertrand Gille, junto a otras referencias internacionales como Guillaume Guille, Torsten Jansen, Matthias Flohr o el ex ademarista Jon Belaustegui.

Una eliminatoria a priori igualada pero que el Ademar parecía sentenciar en una sublime primera parte en Alemania, en la que cogieron siete goles de renta (3-10) en una salida en tromba, se fueron de seis goles al descanso (11-17) y supieron dosificar para regresar de Hamburgo con un extraordinario resultado de 25-29, con Kjelling de estrella pero una actuación estelar de Metlicic en la lectura, Juanín de central, Vatne, Viran y Colón en defensa, o Jorge Martínez en portería, que suponía el primer triunfo leonés de la historia ante un equipo alemán a domicilio.

Pero si alguien pensaba que con una diferencia así no iba a haber que sufrir en León, estaba muy equivocado.Porque cuando todo parecía sentenciado, con el Ademar tres arriba cerca del ecuador de la segunda mitad, llegaba un tremendo parcial de los alemanes que les ponía tres arriba (20-23), a sólo un gol de levantar la eliminatoria. Quizá fue en ese momento cuando se ganó la Recopa. Porque cuando el balón pesaba y los brazos se encogían apareció un campeón del mundo, Metlicic, para poner la calma, salir de ese instante crítico y meter en semifinales a un Ademar que acababa cayendo 25-27.

Si el sorteo había sido cruel en cuartos, todo lo contrario sucedió en semifinales, donde mientras Vardar Skopje y Zagreb se emparejaban por un lado, el Ademar se cruzaba con el Izvidac Ljubuski bosnio, sobre el papel un rival de potencial muy inferior al leonés.

El único hándicap era que la ida era en el Palacio, si bien eso no fue ningún contratiempo puesto que se fueron de ella con siete goles de ventaja (37-30) y volvieron a ganar también a domicilio por un cómodo 33-38.

Por tercera vez en la historia, el Ademar llegaba a una final europea. La primera ante el Cantabria había acabado en título, la segunda frente al Flensburg en llanto. Esta vez enfrente estaría un Zagreb que en las ocho campañas anteriores había llegado dos veces a la final de ‘Champions’, una a semifinales y tres a cuartos; y que tenía en sus filas a gente como Igor Vori, Spoljaric o Horvat.

Con 19 goles entre Kjelling y Metlicic el Ademar, que iba uno arriba al descanso, ganó de 12 la ida de la final Un rival temible al que empequeñecieron los leoneses, que en 30 minutos que posiblemente sean de los mejores de la historia del Ademar, dejaron vista para sentencia la final. Porque en la ida, disputada en un Palacio a reventar, los de Cadenas se fueron uno arriba (16-15) al descanso... y acabaron ganando ¡de 12! (37-25), gracias sobre todo al cambio a defensa 5-1 con Parrondo de avanzado, a las paradas de Erevik y a los goles de Kjelling y Metlicic, que acabaron con 11 y 8 ‘dianas’ respectivamente.

El Ademar acariciaba la Copa, pero nadie se fiaba pues un año antes el Celje le había levantado 13 goles en Eslovenia en la ‘Champions’. Pero esta vez la historia fue muy distinta. Con el Palacio empujando desde la distancia, pues se colocó una pantalla gigante, los leoneses volvieron a pasar por encima de su rival, pues iban ya siete arriba (9-16) al descanso y acabaron venciendo 25-31 con siete goles de Raúl Entrerríos.

Europa se rendía de nuevo al Ademar.
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