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Partidos y partidocracia

16/01/2022
 Actualizado a 16/01/2022
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El pescado ya está en la lonja. Fresquito. Tentador. A la espera, como en los viejos tiempos de aquella rula gijonesa y hoy puerto deportivo, de que el subastador vaya marcando los precios con acelerada verbalización. Con vocalización endemoniada. Todo un espectáculo para los ajenos a la profesión –los pescadores y los pescaderos– que, cual ávidos ‘mirones’, se acercaban por allí para contemplar la riqueza cantábrica de los productos del mar. O de la mar, que decía Alberti.

Pues algo parecido –salvando las distancias y el dispar escenario, naturalmente– está ocurriendo en Castilla y León con eso de las elecciones del 13 de febrero. El pescado –los partidos políticos– están prestos y dispuestos para iniciar la subasta, y solo queda que los compradores –los votantes– se acerquen y elijan. Unos lotes costarán más –que es distinto a valer– y otros no tanto. Entonces aflorará la perspicacia de cada uno. Y una reflexión al respecto: jamás se dieron duros a cuatro pesetas.

En la provincia leonesa son once los inscritos para hacerse con sillones en la Junta. En la práctica la cosa podría quedarse en algo menos que la suma de los dedos de una mano. Resulta irrelevante invocar a Einstein para tal conclusión. Ahora bien, la madre del cordero –y es muy fácil que vuelva a repetirse– se denomina partidocracia, término que, según el diccionario de la Academia, define la «situación política en la que se produce un abuso del poder de los partidos». En román paladino, que el voto decantado por un ciudadano hacia una organización concreta, puede llegar a servir para que alcance el poder, en paralelo, la alternativa contraria al espíritu del votante. La ‘trampa’ con los nombres de pacto o acuerdo.

En estas elecciones autonómicas, que ocupan y preocupan, es muy posible que ocurra lo de la partidocracia de no darse una mayoría absoluta. Y los dos partidos que, en principio, pudieran ser protagonistas destacados de esta remanguillé democratizada son UPL y Ciudadanos. Sobre Vox y UP no caben dudas. La aplicarían. Y al meollo. De producirse el caso, al elector leonesista –las encuestas otorgan dos procuradores a la organización– con qué opción le gustaría ser ‘clave’, con la izquierda o con la derecha. ¿Se lo han explicado, quizás? No. Radical. Y se lo comería con patatas y costilla adobada ¿Y los ‘naranjitos?, porque aunque Igea, su candidato, ha declarado que no volvería a apoyar a Mañueco, los peros, en política, siempre cobran vida en el último momento. Que se lo digan al renegado de Sánchez y a Ferraz. En definitiva, ¿los votantes naranjas cómo se sentirían más cómodos, junto al PSOE o con el PP? O con ninguno… Bien lo explica el sabio refranero español: todo se andará.
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