Partidos que marcan proyectos

Entre las numerosas historias que aparecieron tras el ascenso del Huesca a Primera División había una que recordaba cómo el 20 de junio de 2015, mientras la Cultural de Cabello estaba ya de vacaciones, el equipo oscense y el Huracán Valencia se enfrentaban en la última ronda del ‘playoff’ con el ascenso a Segunda como premio para el vencedor.

Apenas tres años después, un equipo está en Primera y el otro desapareció por deudas. ¿Podrían haberse cambiado los papeles si el resultado hubiera sido otro?

Es algo que nunca se sabrá, como tampoco qué habría sido de la Cultural si en aquellos años de Profutle, en los que otra cosa no pero dinero se invirtió a espuertas, la ‘pelotita’ hubiera entrado en aquel 0-1 con el Toledo en plena euforia tras el 0-4 el Salto del Caballo y se hubiera logrado el ascenso.

O el lado contrario, si en la prórroga ante el Universidad de Oviedo el disparo de David Álvarez se hubiera ido fuera y unos penaltis hubieran dejado a la Cultural en Tercera, con su deuda creciendo y sin papeletas para que hubiera tocado ese gran premio de lotería que fue Aspire.

Y es que hay partidos que marcan proyectos. Que con el paso del tiempo, cuando echas la vista atrás, te hacen pensar en hasta qué punto habría cambiado todo con el resultado contrario. Y sin duda, el del sábado en Soria es uno de ellos.

Con el proyecto tan ambicioso que hay formado, un triunfo que asegure la salvación haría pensar en un maravilloso e ilusionante futuro, donde se mire más arriba y se pueda sufrir menos. Con el pozo que es la Segunda B, un descenso provocaría el regreso a una categoría de la que, por ambiciosa que sea la propuesta, la Cultural sabe mejor que nadie que en absoluto te garantiza el conseguir salir.

Hay mucho en juego. El equipo es consciente. La afición también. Ambos han dado muestra de ello. Sobre el campo, la demostración de carácter, lucha y garra mostrada ante el Oviedo es el mejor aval de una plantilla que ha ido a más en el momento clave. Y en la grada está la mejor noticia de la temporada, con León volcado y una hinchada entregada, pero sobre todo con la semilla del culturalismo bien plantada en la ciudad.

Se han puesto las raíces de algo grande. Pero el agua para que crezcan hay que echarla este sábado en Soria.