26/06/2020
 Actualizado a 26/06/2020
Guardar
Mientras que la nueva ‘anormalidad’ se va imponiendo poco a poco, la gente que tiene alguna fuente de ingreso por su trabajo, desempleo o Erte, vive ajena a la situación económica a la que nos enfrentaremos según volvamos del verano. Es normal, lo hemos pasado tan mal que ahora solo se piensa en el corto plazo. Intentando vivir y disfrutar de la mejor manera posible sin pensar más allá del próximo mes.

En este grupo de gente que cree que su situación no es del todo mala, por supuesto, no se encuentran los miles de trabajadores que aún a día de hoy no han percibido ningún dinero por sus Erte, que ven cómo los ‘cartuchos’ de sus pocos ahorros se les están agotando y sin saber muy bien cómo, han pasado de considerarse clase media trabajadora y estar pensando en una semana de vacaciones en la costa, a verse pidiendo dinero a familiares y comida a la Cruz Roja.

La situación es tan mala (y se va a poner aún peor) que los que nos dedicamos a intentar predecir el comportamiento futuro de la economía, aún no logramos vislumbrar las implicaciones reales. Sin ir más lejos, el pasado miércoles el FMI anunció que el PIB español caerá casi el 13%, convirtiéndonos en el país peor parado de todos los países desarrollados. Cuenten que esta caída pueda ser mayor, teniendo en cuenta que el mismo FMI, anunció hace 2 meses que el descenso del PIB sería de casi la mitad de lo que ahora dice.

El primer ministro italiano ya está diseñando una hoja de ruta tras consultar con los agentes económicos, en la que debe ser, según sus propias palabras, reinventar Italia (con rebaja de impuestos incluida). Pero aquí en España, los intereses políticos parecen que están por encima de los intereses generales de la nación y no se pierde ocasión para hacer política con cualquier tema.

En esta España nuestra en la que se confunde desarrollo y prosperidad con autogobierno, muchas autonomías han pecado de pardillas, poniéndole en bandeja la próxima línea argumental del discurso de Pedro Sánchez, diseñado por Iván Redondo.

Mientras el Gobierno de la nación se limitaba a alargar el estado de alarma y dar discursos vacíos sobre lo que se suponía que iba a hacer y que nunca hizo sobre mascarilla, tests, Epis… algunas comunidades autónomas parecía que tenían prisa por recuperar competencias y volver a poder ser ellos los que decidiesen. Aquí lo de mandar gusta mucho.

Viendo la que tenemos encima y las probabilidades más que justificadas de que se produzca un rebrote de la pandemia, Pedro Sánchez no se vio en otra igual y se apresuró en finalizar las últimas fases del desconfinamiento en tiempo récord para que, cualquier empeoramiento de la situación, que seguro habrá, y marrones como el de la vuelta al cole, sean culpa de las autonomías.

Es increíble hasta qué punto hay políticos que van alegremente al cadalso con tal de ser ellos mismos los que se coloquen la soga al cuello.
Lo más leído