18/12/2018
 Actualizado a 15/09/2019
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Apresurado crucé el puerto del Manzanal, con ganas de llegar a la capital berciana para acompañar a los miles de manifestantes en la segunda protesta por el futuro de la provincia de León. La lluvia quiso boicotear la indignación, venida de los dioses del centralismo para hacer fracasar tan digna reivindicación. Sustituimos los chalecos amarillos por paraguas multicolores, dando la fuerza y el grito a una comarca que muere al ritmo de la desesperación, abandonada por los que prometen sin cumplir lo prometido y lo que es mucho peor, sin ponerse colorados por tanto engaño y tanta mentira a la cara de las bercianas y bercianos. Es triste saber que nuestra clase política salvo alguna excepción, carece de patria y se olvida de sus raíces, enarbolando la única bandera del escaño bien remunerado y cumplir desde la sumisión las órdenes del partido al que dicen que representan. Como muestra un botón, lo ocurrido hace unos días en las Cortes de la tercera comunidad más grande de Europa, donde los cinco de León votaron en contra de la proposición no de ley, para instar al Gobierno maltratador, la propuesta de construir un instituto en Villaquilambre.

La provincia de León requiere de un plan industrial de máxima urgencia, con el compromiso real de todas las administraciones, empresarios y agentes sociales, y así, adquirir el compromiso serio que nos devuelva la energía necesaria. Hemos sido solidarios con otros territorios, explotando nuestros propios recursos. Pues bien, ha llegado el tiempo de la energía, con una única voz, con paraguas o con chalecos, debemos asumir la firme decisión para evitar que nuestra región se convierta en la nueva Laponia del noroeste español, no podemos seguir perdiendo 13 habitantes por día, no nos pueden seguir arrinconando, mientras los centralismos triunfan a costa de nuestra resignación.

Ponferrada ha sido el final de la segunda protesta, ahora toca desde el análisis y la reflexión retomar fuerzas sin perder el ánimo para continuar dando la vuelta a nuestra provincia. La tercera nos espera, con el compromiso de la responsabilidad.
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