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Para quien invierte por primera vez

12/01/2021
 Actualizado a 12/01/2021
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En estos primeros días del año he tenido varias conversaciones con personas que quieren iniciarse en el mundo de la inversión. Hemos tratado diferentes temas que me parecen especialmente relevantes.

En primer lugar, la cantidad a invertir. En este sentido siempre hablamos de inversión a medio y largo plazo, por lo que conviene destinar una parte, un porcentaje del dinero que tenemos ahorrado y que, presumiblemente, no necesitaremos en años. A corto plazo, no merece la pena invertir y es mejor estar en liquidez. Otra cuestión que se plantea es la utilidad del ahorro periódico, del que soy un firme defensor: planificar mes a mes un plan de inversiones. Tiene la ventaja de que decidimos fríamente cuánto podemos destinar, al margen de las preocupaciones del día a día y, además, vamos asumiendo diferentes niveles de precio de nuestras inversiones, por lo que diversificamos temporalmente el riesgo.

La segunda cuestión estratégica a estudiar es el perfil de riesgo que tenemos. El más conservador lo tiene complicado dado que los tipos de interés están en negativo, y lo estarán por un largo tiempo, por lo que no existe «la inversión sin riesgo». La decisión a tomar entonces es determinar qué porcentaje destinamos a Fondos de inversión de gestión alternativa, es decir, aquellos donde el mandato del gestor sea preservar el capital, y qué parte lo invertimos en Fondos de inversión de renta variable. Para una persona sin experiencia en los mercados financieros una buena opción podría ser 20%-80%. Si somos más tolerantes al riesgo, subiríamos nuestra exposición en bolsa.

La tercera cuestión es dónde invertir. En este sentido, sobre todo para los que se están iniciando, les recomiendo Fondos de inversión por varios motivos. En primer lugar, porque diversificamos: no invertimos en una sola empresa sino en 30 o 40 con una gestión activa de un gestor, que está pendiente; por otra parte, podemos traspasar de un Fondo a otro sin tributar, lo que nos permite hacer movimientos tácticos según evolucione el mercado o nuestra situación personal o profesional. En una cartera les recomendaría tener cuatro o cinco Fondos, de gestoras diferentes, y con un buen histórico de rentabilidad y volatilidad.

Decididas estas cuestiones estratégicas, podemos ir al campo de batalla y hacer retoques tácticos, como incrementar o reducir el porcentaje de renta variable.
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