¿Para qué sirven los Consejos de Pesca?

Los representantes de los pescadores aseguran que sus demandas no se tienen en cuenta a la hora de confeccionar la normativa que rige la actividad

Rodrigo Prado Núñez
27/01/2023
 Actualizado a 27/01/2023
Pescador devolviendo la trucha capturada al río Yuso. | R. P. N.
Pescador devolviendo la trucha capturada al río Yuso. | R. P. N.
Los Consejos Territoriales de Pesca, son esas ‘reuniones’ donde los representantes de los pescadores de cada provincia, políticos y técnicos de la administración, asociaciones ecologistas y de pescadores, Guardia Civil y federación de pesca, exponen los resultados de la última campaña piscícola, presentan las demandas que consideran más necesarias y proponen cambios que estiman beneficiosos para el ecosistema acuático en general y para los peces en particular. El resultado de lo que se expone, discute y comenta a nivel provincial, se traslada a la Dirección General de Patrimonio Natural y Política Forestal para que sea debatido en el Consejo Autonómico, de donde deberían salir los cambios a realizar en la normativa de la siguiente campaña piscícola. Cierto es que mientras que estuvo vigente Ley 6/1992, de 18 diciembre 1992, el Consejo Autonómico tenía la particularidad de estar compuesto entre otros, de un representante de cada una de las nueve provincias autonómicas, el cual podía exponer las demandas que venían determinadas por la peculiaridad de la pesca en ese territorio. El resultado venía siendo que, en mayor o menor medida, gran parte de esas demandas provinciales eran atendidas en ese Consejo de Pesca, y se trasladaban a la normativa, bien fuesen cambios en los límites de cotos, los tipos de señuelo, los periodos de pesca, los cupos, o cualquier otra consideración, dando margen a que la normativa piscícola se acoplara a las demandas tanto de los pescadores como a la biológica del río.

Por lo que comentan los asistentes a esos consejos territoriales, concretamente al de León, las discusiones eran intensas, recurrentes, eufóricas, pero el resultado obtenido, gustase más o menos se trasladaba a Valladolid y se obtenían resultados al respecto.

Varios asistentes aseguran que sus esfuerzos son inútiles y todo apunta a que la asistencia se reduciráPor el contrario, los Consejos que se han venido realizando estos últimos años, tal y como comentan los asistentes, se están transformando en una reunión sin sentido alguno, donde lo más llamativo es la unanimidad de los asistentes en apoyar las propuestasque se vienen haciendo desde la Sección de Pesca, donde no se producen esas antiguas discusiones por defender alguno de los argumentos, pero por desgracia los cambios solicitados no son tenidos en cuenta a la hora de plasmarlos en la normativa. Esta situación está generando un desánimo generalizado entre los asistentes al Consejo de León, que ven como no merece la pena perder un día libre o de trabajo para asistir a este evento, del que salen con la satisfacción de llegar a acuerdos fáciles a la hora de acordar las propuestas, pero que cuando sale la normativa anual de pesca no se ven resultados y todo sigue igual, conforme a los criterios que se marcan desde la Dirección General de Patrimonio Natural y Política Forestal.

Señor Director General, creemos que lo que se reclama para los ríos de León son aspectos cuando menos sensatos y que, por respeto hacia los que se esfuerzan en formar parte de todo esto, deberían tenerse en cuenta a la hora de planificar a medio y largo plazo.

Reclamar que todos los señuelos sean sin muerte, independientemente del tramo en el que se pesque, no pretende nada más que reducir la muerte derivada del empleo de anzuelos con muerte, especialmente en ejemplares que no dan la talla en cotos o AREC´s.

Reclamar que se gestionen sin muerte los cotos que se encuentran por encima de los embalses, Villafeliz, Vegamián, Acevedo y Boca de Huérgano, solo busca conseguir que esos tramos, los más demandados por los pescadores, y que son un emblema de la pesca en la provincia de León, mejoren en calidad y cantidad de peces, y sobre todo, conseguir que se puedan pescar un mayor número de días al año, para atraer más pescadores a esas zonas que forman parte de la España Vaciada, que tantas tertulias inunda, pero de la que finalmente nadie se acuerda.

Reclamar una reducción de la pesca con muerte en el tramo regulado del río Porma, parece exponer claramente una petición de oxígeno para un río que en su día fue emblemático, pero que la manipulación de los caudales por riego o centrales hidroeléctricas, inversiones térmicas, extracción de pesca excesiva y presiones de otro tipo, lo están llevando una situación poblacional cuando menos problemática, o al menos es lo que se desprende de los resultados de los muestreos que vienen realizando en este río.
Reclamar permisos gratuitos para los menores de 14 años, imitando lo que están haciendo en otras comunidades autónomas para facilitar la incorporación de nuevas generaciones a la pesca, tan sólo parece exigir a gritos que se haga algo para evitar que este deporte desaparezca.

Reclamar que se puedan portar dos cañas montadas siendo empleada tan solo una para la pesca, es tan solo tratar de igualar la normativa de Castilla y León a las de otras Comunidades, evitando la sorpresa de los pescadores foráneos, cuando vienen a pescar a nuestros ríos.

Varios asistentes al Consejo de Pesca, cansados de acudir puntualmente a esta cita, manifiestan su hartazgo al comprobar que sus esfuerzos son inútiles, por lo que no se extrañen que, en próximos Consejos, la asistencia se reduzca notablemente.
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