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El Colegio Peñalba de Ponferrada desarrolla el plan de integración de niños con discapacidad auditiva aplicando acciones que favorecen a todo el alumnado del centro

D.M.
06/02/2017
 Actualizado a 18/09/2019
Una clase de Infantil disfruta de un cuento interpretado en lengua de signos.
Una clase de Infantil disfruta de un cuento interpretado en lengua de signos.
 La red de colegios públicos de Castilla y León cuenta en las distintas ciudades con centros llamados ‘de referencia’ para niños con algún tipo de discapacidad. En ellos se pretende lograr una experiencia académica integradora al máximo nivel posible desde las etapas más básicas de la enseñanza.

En Ponferrada, el Colegio Público de Educación Infantil y Primaria Peñalba es el centro preferente para alumnos con discapacidad auditiva.  Gracias a su plan de atención a la diversidad, preferente para necesidades auditivas,los niños de Ponferrada y área de influencia con problemas de hipoacusia, hallan en Peñalba el centro educativo adaptado, gracias al método y al equipo de profesionales especializados. Éste se compone, además del equipo coordinador, de dos maestros especialistas en Audición y Lenguaje, dos de Pedagogía Terapéutica, una mediadora comunicativa (lo antes conocido como intérprete de lengua de signos) y un Equipo de Auditivos compuesto por tres profesionales, que se desplaza desde León una vez al mes al colegio.

Compensar las necesidades especiales de la forma más integradoras posible en el aula junto a sus compañeros. Tal y como explica la directora del centro, Emilia Fernández, el trabajo de todos ellosestá enfocado a compensar las necesidades específicas de los alumnos con distintos niveles de sordera, «de la manera más integradora posible, el mayor tiempo posible con apoyo directo en las aulas ordinarias junto a al resto de sus compañeros».

No obstante, también dependiendo de las necesidades, que son muy variadas, hay sesiones de apoyo que precisan estar fuera del aula con una atención personal. «El objetivo principal que perseguimos esconseguir un desarrollo general del niño que se acerque lo máximo posible al desarrollo normal del niño oyente con especial insistencia en la comunicación y el lenguaje», explica el equipo. Es esencial, dicen «respetar en todo momento el nivel del alumno».

El apoyo en sus clases con mucho más material visual y gráfico les permiten, en muchos casos, llevar una línea lo más paralela posible al de sus compañeros, si bien «en muchos casos es necesario insistir mucho en vocabulario, en estructurasde frases», «también les cuesta mucho más distinguir los dobles sentidos de las frases, los juegos de palabras y muchas veces hay que explicarles cuando se trata de una broma» argumenta una de las maestras.

Pero el trabajo de los profesionales que hacen hincapié en cuestiones como la percepción, aspectos fonéticos, semántica, comprensión o expresión, no benefician únicamente a los niños afectados por la discapacidad auditiva.

La mediadora comunicativa está presente en muchas sesiones para interpretar cuentos y canciones en lengua de signosEl método integrador de Peñalba hace que todos los alumnos del centro se vean favorecidos por las acciones que forman parte de este plan de atención a la diversidad. Por ejemplo, en las aulas en las que hay niños con hipoacusia, la mediadora comunicativa está presente en muchas sesiones de las clases para interpretar en lengua de signos cuentos, canciones, poesías o explicaciones de los maestros.La implicación y metodología que aplica en su tarea sirve paraque todos los niños del aula sean partícipes de la actividad y capten muchos de los significados, iniciándosede forma natural en el aprendizaje de la lengua de signos.

Se trata, por una parte, de que los niños no vean a la intérprete como a un ser extraño en la clase que hace movimientos con las manos. Que entiendan que eso es una forma de comunicación que pueden entender y practicar. Y por otro lado, el niño sordo notiene la sensación de que hay una persona allí explícitamente para él, sino que viene para que todos los niños de la clase aprendan cosas.

Dependiendo de su etapa, algunos alumnos disponen en sus aulas también de una emisora de FM, que les facilita el acceso a la información oral que dan los respectivos maestros.

Actualmente hay en Peñalba siete alumnos con hipoacusia, cinco en Primaria y dos en Infantil. Algunos cuentan con implantes cocleares y otros con audífonos, dependiendo de sus necesidades. El equipo participa continuamenteen la elaboración, seguimiento y evaluación de las adaptaciones, en busca de los mejores resultados.

Buena parte de los niños de Peñalba conocen el alfabeto en lengua de signos, saben saludary comunicar muchas palabras y expresiones. Las sesiones con la mediadora han posibilitado también realizar varias actividades culturales con este lenguaje, como la función de Navidad.
Jornadas especiales de sensibilización desarrolladas por el Equipo de Auditivos ayudan a que los alumnos no perciban una discapacidad, sino simplemente una característica.Explica la directora que «para ellos es algo natural, pero también son conscientes de que estos compañeros necesitan algunas ayudas»y ellos mismos la reclaman:«¡Habla alto para que mi amigo te oiga bien!» suena en clase.

El planteamiento en positivo del problema es, en muchos casos, una herramienta sencilla queevita clichés y etiquetas. Y es que como dicen sus compañeros, los niños con hipoacusia en Peñalba no lleva audífonos porque no oyen. Los llevan, «para oír mejor».

El equipo de profesionales implicado en la atención especial del colegio Peñalba | D.M


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