Para cuando tenga tiempo

No sé usted de qué manera lleva lo de estar todo el día metido en casa, pero sí puedo decirle que de momento en estas dos semanas largas de confinamiento no he tenido tiempo para aburrirme. No sé qué pasará de aquí en adelante, porque tampoco sabemos cuánto va a durar el encierro domiciliario, pero por ahora no puedo quejarme de cómo han ido transcurriendo estos quince días que al principio parecían muy extensos.

Le confieso, de todos modos, que soy bastante de estar en casa porque nunca me falta qué hacer en ella. Quizás porque lo de ser autónomo y trabajar en el mismo lugar también tengan la culpa de que no me cueste mucho estar metido en casa todo el día, pero reconozco que a muchos se le está haciendo muy cuesta arriba y eso que al sistema de clausura impuesta todavía le falta tiempo.

No sabemos si quince días más, quince más quince, o quince más quince más quince como presagian algunos si no se consigue detener la famosa y a la vez peligrosa curva a la que constantemente miramos con recelo. Por eso, que todavía queda tiempo para el aburrimiento y para hacer muchas cosas sin salir de las cuatro paredes domiciliarias.

Le contaba el otro día a una persona de fuera, que me preguntaba a ver qué tal estábamos, que estas semanas de confinamiento son las de «para cuando tenga tiempo». Y es que aparte el trabajo, porque los míos son considerados de primera necesidad y me toca estar ahí, estoy aprovechando estos días para hacer todas esas cosas pospuestas cuando los quehaceres cotidianos me lo impiden. Y le animo a usted a hacer lo mismo, eso sí, sin salir de casa.

Estoy seguro que hace tiempo dejó «para cuando tuviera tiempo» colocar la biblioteca, ordenar el trastero y tirar lo que no vale, podar el seto del jardín y empezar a poner cosas, lijar y barnizar los muebles de la terraza, hacer limpieza general, llamar por teléfono a parientes y conocidos con los que sólo habla una vez al año –el año que toca– hacer un repaso al armario ropero y sacar lo que no se pone, leer o ver alguna película, poner en orden su colección de sellos, dejar sitio libre en el móvil… y mil cosas más, que las hay. Cuídese.