pedro-j.-abajob.jpg

Para ahorrar impuestos

10/05/2021
 Actualizado a 10/05/2021
Guardar
A poco que me conozca aunque sea a través de estas líneas ya sabe que soy bastante partidario de que muchas veces es mejor dar prioridad a lo privado frente a lo público, si lo que se pretende es una buena gestión en la que salgan los números, y que siempre he defendido la teoría de que quien tenga aficiones o vicios que se los pague de su bolsillo. Si son vicios, lógico, ¿no?

Ahora dice el número uno de la Dirección General de Tráfico que una abuelita con su pensión no debe mantener las autovías y autopistas porque no las usa para justificar el cobro de un peaje por cada kilómetro que usemos con nuestro coche. Una excusa que, más allá de argumentar la necesidad de mantener abierto el chiringuito que depende del Gobierno y que financiamos entre todos –aunque no lo usemos–, también impugna la idea de tener que pagar a Sánchez el Falcon para que se vaya de concierto o a las patrullas de la Benemérita para que hagan guardia delante del casoplón de Galapagar. Es lo mismo.

Pretender cobrar por una carretera o una autovía cuya construcción pagamos en su momento con impuestos y seguimos pagando para mantenerla cada día con más impuestos de circulación, IVA, combustibles, ITV, peajes y radares de todo tipo colocados «por su seguridad» es una tomadura de pelo. Sobre todo si nos damos una vuelta por la provincia y vemos que en muchos puntos más que baches hay socavones y que a algunas señales de tráfico apenas les queda color porque las pusieron en los ochenta y ahí han estado al sol, a los vándalos y lo que caiga. ¿Dónde está el dinero?

Siguiendo esta teoría, si se trata de ahorrar, los sindicatos que ayudamos a financiar entre todos y muchas veces no son más que un nido de holgazanes que hacen de la pereza su modo de vida, también los debería pagar el que los use. Lo mismo que la cocaína y las putas pagadas con el dinero de los ERE, los taxis y los aparatos tecnológicos de los diputados, el CIS manipulador, chiringuitos variados, asesores, asociaciones radicales financiadas con dinero público, incluso RTVE, que la ven cuatro y la pagamos todos, o una lista interminable que no me coge aquí ni en otras tres columnas.
Lo más leído