Paquito el Chocolatero

Inauguramos en estos días un nuevo verano; tiempo de vacaciones, de descanso, de calor, de helados, de piscina, de reencuentros, de viajes… Y de fiestas en casi todos nuestros pueblos: de pasacalles, de misas solemnes y procesiones, de bailes vermú, de verbenas…; que este año, después de los dos últimos condicionados por la pandemia de covid-19, recuperarán por fin todo su esplendor. Ganas ya te digo yo que no faltan…

Y entre los ‘grandes éxitos’ ocupará un lugar destacado –con toda seguridad– ‘Paquito el Chocolatero’. ¿Cuántas veces lo habrás tarareado y bailado –independientemente del, digamos, ‘estado de ánimo’– a lo largo de tu vida?

Fue en el verano de 1937 cuando Gustavo Pascual Falcó, un joven compositor de 28 años, nacido en la localidad alicantina de Cocentaina y que trabajaba en una fábrica de calzado –y que fallecerá prematuramente, sin haber cumplido los 37, por un problema renal–, mientras veraneaba junto a la familia de su mujer, le enseñó a su cuñado –a quien le unía una buena amistad– tres obras recién escritas para que eligiera una, que llevaría su nombre. Así, Paquito el Chocolatero –se llamaba Francisco Pérez Molina y sus padres se dedicaban a la venta, entre otras cosas, de chocolate– puso el título a uno de los pasodobles más conocidos, cuya letra –en valenciano–, por cierto, habla de él.

Compuesto para las fiestas de Moros y Cristianos, tardaría cuatro años en estrenarse, sin que nadie pudiera imaginar el éxito que, con el tiempo, acabaría teniendo. En ello tuvo mucho que ver, desde luego, la coreografía, que debió de tener su origen en la década de 1940 cuando, al interpretarlo la Comparsa de Piratas en la también alicantina localidad de Villena, se introdujo el grito de ‘je…je…je’ al compás de la música, unido a una inclinación del cuerpo hacia delante que no hacía sino imitar exageradamente la cojera de uno de sus integrantes.

Este verano no faltará ‘Paquito el Chocolatero’. Qué menos que celebrar su 85.º aniversario como se merece, ¿no?