"¡Panadero! Bolsa va (y las perras)"

Nieves y Javi, clienta y panadero en Villamanín, tienen cada día un curioso invento para que la mujer no tenga que andar bajando escaleras

Fulgencio Fernández
28/05/2023
 Actualizado a 28/05/2023
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Es muy habitual en nuestros pueblos ver colgadade muchas puertas una bolsa, generalmente de tela, que suele ser un aviso para el panadero de que los vecinos no están en casa, pero sí quieren pan. El panadero ya sabe lo que suelen "gastar", les deja la barra u hogaza y ya se cobrará cuando sea.

Pero Nieves, una de las vecinas más conocidas de Villamanín pues tuvo el bar Peña Laza, tiene complicidad con Javi, el panadero de Santa Lucía (Panificadora Robles) y más allá de que la clienta esté en casa, se trata de evitar el sofocón de andar bajando y subiendo tres pisos, "que ya vamos teniendo una edad".

Más o menos a la misma hora cada día, suena en la calle Reino de León ese claxon que parece gritar "¡¡¡panadero!!!" y en segundos Nieves se asoma a la ventana con la bolsa ya preparada y una larga cuerda que llega al suelo. Javi busca en ella el monedero, con las perras que la buena mujer tenga allí, coge lo que le corresponde y busca el duro que desde hace años tiene allí. "No lo quita porque es el duro de la suerte".

Acaba la faena. Da un ligero tirón y Nieves sube su bolsa. "Hasta mañana Javi". "Cuídate Nieves".

Y una día más tarde volverá la sinfonía para claxon: "¡¡¡El panadero!!!".
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