Imagen Juan María García Campal

Palabro, cinismo, Europa

15/05/2019
 Actualizado a 19/09/2019
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Escribo deprisa. Tengo pensado –qué pensado– siento preciso volar raudo a alguna escuela de idiomas a apuntarme en algún curso tipo ‘inglés (y francés) urgente para zotes supremos’. Me temo que habrá grandes colas, mas intentaré colarme con todos mis cuartos –no leer cuartos ensobrados–, me refiero a mis extremidades. Fijo que no soy el único, ni esta la única ciudad, villa, pueblo o lugar cuya ciudadanía sienta tal necesidad de poliglotía. Pues seguro que tal yo esta mañana, escuchando las propuestas, promesas o milagros a ejecutar por los diferentes candidatos a ocupar la alcaldía correspondiente, han visto su lugar de habitación convertido en un New York o un París que, de enterarse, haría temblequear a sus munícipes ante la crisis que se les avecina por doquier.

Aquí, por ejemplo, hasta vamos a tener, por la sigilosa boca de don Silván, un ‘hub’ tecnológico. ¡Toma ya! No nos bastaba con el grial que ahora nos va a poner un ‘hub’ tecnológico, de momento, secreto, o discreto si me pongo masón (con perdón, de los masones, obviamente). Don Silván: no se me internacionalice que me da pavor. Con consultar tecnológicamente la web de la Fundación del español urgente (no desconfíe, la patrocina un banco español) verá que el palabro puede traducirse al español por «intercambiador, centro o punto de conexión, concentrador o nodo» y así lo entenderemos más, pero menos impresionados. ¡Aire, aire!

Y qué pensar de la comunidad autónoma. ¿Hasta costa nos pondrán? Sería buena cosa para entretener a los niños de 0 a 3 años. Solo tenemos escolarizado el 13%, es decir, unos oncemil de cincuenta mil en este curso 18/19. O para orear a nuestros mayores dependientes o para esperar cita sanitaria, más de tres meses para una consulta oftalmológica ambulatoria. Pero ahora van a repoblar la comunidad los mismos que permitieron que entre 1998 y 2018 el 87,23% de los municipios perdiesen población. Escuchar y ver para creer que lo de algunos no es puro cinismo. ¡Aire, aire!

Ay, Europa, mi asediada Europa, tú sí me preocupas y más cuando muchas de tus políticas y fondos los gestionen los dichos ilusionistas. Cuántos en esta España deberían leer ‘Cartas a un euroescéptico’ de los profesores Fuertes y Sosa Wagner antes de acudir a la urna de tu Parlamento pensando que eres cosa menor, lejana. Yo acudiré no solo a votar para hacerte más y mejor, sino para defender todo lo grande y bueno que representas de los que pretenden ‘desalmarte’, Europa.

Buena semana hagamos, buena semana tengamos.
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