16/06/2022
 Actualizado a 16/06/2022
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La vez anterior que rellené este hueco del periódico lo hice contando cuál es mi palabra favorita del español. No obstante, me he dado cuenta que también tengo un vocablo ‘leonés’ preferido y, debido a que este es un foro local, me parece incluso más oportuno compartirlo. Al pensar en palabras de aquí, lo primero que viene a la cabeza son aquellas tan exclusivas que consideramos casi patrimonio: ‘telares’, ‘prestar’ o ‘apabardas’. Si nos vamos al simbolismo y la belleza habría que decir ‘hacendera’, ‘filandón’ o ‘capilote’ y tirando por lo personal seguro que todos podemos recordar alguna voz o expresión que se estila en el lugar del que procedemos. Por ejemplo, en mi pueblo podría ser ‘esgarrabotas’, un cariñoso improperio que acostumbraba a decir un añorado paisano al que llamaban Toñote. Esa es justo la palabra que les vengo a proponer como la más nuestra: ‘paisano’.

Toñote no era un señor o un hombre, era un paisano. Seguro que todos me habéis entendido mucho mejor al describirle así. Y precisamente por eso esta es la palabra más nuestra, porque la tenemos profundamente interiorizada. Vale que también se usa en otros lugares, pero en ningún otro como aquí. Guardamos un estándar de lo que es un paisano en la cabeza y esa es la razón de que salga tanto por nuestra boca: «Es un paisano como hay que ser», «Ahora te toca apechugar como un paisano», «¡Qué paisano tan cojonudo, lo que te ríes con él!»...

Quien dice paisano dice paisana, claro. Ellos suelen vestir con camisa de franela, pantalón de pana o con lo que les dé la gana. A ellas se las reconoce por las zapatillas de paño o por el mandil de flores. Pero la cosa no es cómo van, sino lo que son. Irradian algo inconfundible y, por eso, les conozcas o no, te refieres a ellos como «un paisano que estaba mirando la obra», «la paisana que subía con las bolsas en el ascensor» o «esos paisanos que estaban echando un pasodoble». A veces como sinónimo de ser amado, otras de vecino... siempre de buena gente. Un paisano puede ser alguien mayor o alguien peculiar, pero indiscutiblemente es alguien a quien se respeta. No sabríamos definirlo pero, ojo, sí diferenciarlo.

Aunque el paisaje de León sea bello, no es nada si se compara con su paisanaje. Todos sentimos esa impresión de que van escaseando y, por eso, nunca como ahora ha sido tan necesario preservar su legado. Las tradiciones y valores que nos inculcaron para seguir presumiendo de más generaciones de paisanos. Sin duda alguna, ellos y ellas son lo mejor que tenemos... ¡Porque jamás nos falten! ¡Larga vida a nuestros paisanos!
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