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Pacto a la alemana

01/06/2015
 Actualizado a 14/09/2019
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Los resultados de las elecciones del pasado 24-M han puesto sobre la mesa un complicado puzzle de pactos desconocido en los últimos treinta años de cara a la gobernabilidad de ayuntamientos, diputaciones y autonomías. Esta situación, provocada por la presencia de siglas emergentes en la política nacional, obliga ahora a actuar con cordura a los responsables de los partidos mayoritarios e implicarse como nunca para demostrar a los electores que de verdad les preocupa más el porvenir de los ciudadanos que los intereses particulares de PSOE y PP. Estos partidos deben conseguir una estabilidad para el futuro de España en todos los órdenes y para ello se presenta como primera medida frenar el ascenso de los populistas de Podemos o movimientos similares con acuerdos ‘a la alemana’ en todas las instituciones españolas, además de corregir los fallos cometidos a lo largo de las últimas legislaturas para evitar así una forma de gobierno compuesto por quienes se enmascaran en el populismo y presumen de progresistas y que sumiría al conjunto de los ciudadanos en el caos. Apuesto por un pacto a la alemana generalizado entre PP y PSOE después de visitar varias veces Venezuela y Cuba y porque no quiero para el futuro de mis hijos y nietos un país gobernado a base de métodos dictatoriales, con falta por de libertad en todos los ámbitos y con cartillas de racionamiento como base para comprar los alimentos básicos que escasean. Los responsables de Podemos y movimientos afines tienen una ruta política idéntica a la que consiguió en pocos años que Chaves alcanzara el poder en unas elecciones más que dudosas después de ganar terreno a otros partidos mediante promesas incumplidas. Aplicando la máxima de «A grandes males, grandes remedios» PSOE y PP deben copiar de los acuerdos alcanzados en Alemania entre los ganadores de la elecciones y el partido en la oposición para conseguir una base sólida en la economía de su país y frenar opciones de gobierno más que dudosas propugnadas por una baraja de partidos que se han quedado sin áreas de poder. Está claro que otro tipo de ‘cambio de cromos’ perjudicará a España en su conjunto y a los dos partimos mayoritarios y beneficiará al peligroso populismo de Podemos.
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