Elvis se ha convertido en un clásico de la Calle Ancha, a la puerta de una tienda, pero sin hacer honor a su famoso movimiento de caderas pues la tiene de escayola, o vete a saber de qué carne está hecho ‘The King of Rock’, que fue lo único que sabíamos decir en inglés los hijos de aquella generación que aprendió música en los coches de choque e inglés en los nombres de las discotecas y pubs de moda.
La proliferación de figuras como esta que vive en la Calle Ancha —no hay datos de cómo llevará Elvis los pasodobles y similares de Arty— deben ser las que alimentan la leyenda de que ‘el rey’ no ha muerto y tiene una orquesta con Jesús Gil de corista, Bruce Lee a la batería y Jim Morrison cogiendo el micro para darle descansos. Walt Disney no aporta nada que está en el congelador.
Y si Elvis ya es un clásico de la céntrica calle más años hace que la recorre la buena mujer de la ciudad, con su paseo diario que desemboca en la Catedral, unos segundos en la histórica Farmacia y conversaciones con otros vecinos habituales ¡Que lío este de las mascarillas!
Y qué año tan raro. Tanto que al pasar ante Elvis prefiere ni mirarle a la cara, ¡‘pa’ bailes estamos!, mientras recuerda otros tiempos en los que sí eran un gran destino aquellos salones de baile, con orquesta, en los que cuando sonaba ‘Jailhouse Rock’ era el momento del desenfreno.
Lo más leído