Otro fin de semana, otra final

El Atlético Astorga recibe hoy en La Eragudina a otro de los rivales de la zona baja, el Tropezón, con la obligación de ganar para distanciar el descenso

J. Alonso
21/03/2015
 Actualizado a 30/08/2019
El Astorga logró un punto en su último partido en Zamora. | JAVIER DE LA FUENTE (LA OPINIÓN DE ZAMORA)
El Astorga logró un punto en su último partido en Zamora. | JAVIER DE LA FUENTE (LA OPINIÓN DE ZAMORA)
Es el sino del Astorga hasta que termine la temporada, o al menos hasta que certifique matemáticamente la permanencia: una final cada siete días.

El conjunto de Pepe Calvo le resta jornadas al calendario de una manera casi dramática y de momento no ha fallado nunca en esta recta final del año que decidirá si los maragatos continuan o no en la Segunda División B.

Hoy, desde las 17:00 y de nuevo en ese fortín que debe ser La Eragudina, el Astorga debe dar otro paso adelante en pos de lograr esa ansiada permanencia. Hoy, el rival y las circunstancias hacen que la victoria sea imprescindible ante un rival que se le atraganta a los de Pepe Calvo.

Pepe Calvo, que volverá a tener que ver el partido desde la grada, recupera a Diego y a David Bandera A pesar de su penúltima plaza, el Tropezón no solo no ha caído ante los maragatos en los tres partidos que han disputado este año en liga y Copa Federación. Es más, los de Lolo Herrera ya lograron ganar en La Eragudina en la ida de la competición copera.

Tratarán los maragatos que no se repita el resultado y para ello contarán con un equipo muy rearmado. Diego y Bandera regresarán tras cumplir sanción, mientras que Lago se perderá el encuentro por el mismo motivo y Antonio volverá a hacerlo por lesión. Diego Zamora sería el recambio natural para el lateral izquierdo pero no es descartable la opción ya vista de utilizar a Cristian en esa posición y dar entrada a Llamazares.

Precisamente en el lateral, en este caso derecho, el Tropezón tendrá su principal baja tras ser expulsado Cote en el último partido de los cántabros ante el Real Murcia.

Para ambos equipos una victoria significaría un paso de gigante de cara a la salvación, mientras que para aquel que pierda la oportunidad de ganarle a un rival directo, será una enorme piedra en el camino de una permanencia que se vende más cara que nunca.
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