Otro asco y cuenta atrás (9)

Más de una vez, los medios de comunicación deberían anteponer a algunas noticias el aviso que antaño lucía en algunos establecimientos –chigres y tabernas en especial– prohibiendo blasfemar, cantar (sobre todo mal) y escupir en el suelo, por bien enserrinados que estos estuviesen.

Lo digo, porque lo que me pidieron los pulsos saltones al escuchar los rebuznos de clase (¡ay la clase!) del ‘preoscuro’ presidente de Iberdrola, –no me sale el ‘señor’ ni el ‘don’ para tal figurón–, Ignacio Galán, fue malmentarle la parentela al escuchar cómo, alborozado, llamó tontos a los alrededor de diez millones de ciudadanos titulares de hogares que tienen contratada la tarifa eléctrica regulada. Pero no, ni llegué a pensar en su familia. Recordé que no ofende quien quiere sino quien puede y que no hay mayor desprecio que no hacer aprecio. Me figuré entonces un autorretrato moral del antedicho sujeto y sentí un asco más, una arcada más.

No obstante, de tal afrenta, en mi opinión, aún no se ha disculpado el desenfrenado, pues la nota difundida por la compañía dice que «Ignacio Galán desea pedir sinceras disculpas…». Y el deseo es una aspiración o anhelo, mientras que la petición de indulgencia o perdón es una acción y somos actos. Nada ha pedido pues. Si acaso, cínico, ha comunicado un deseo por persona interpuesta.

Y así, asco tras asco, lunes o martes tras lunes o martes escribiendo mis interpretaciones de la apabullante realidad que observo y, de una u otra manera, me conmueve fuertemente, mas sin eficacia alguna,para, semana tras semana, miércoles tras miércoles darle la tabarra a usted con ellas.

Por eso, aprovechando que el próximo día trece de julio, miércoles, hará siete años, trescientos sesenta y seis miércoles de mi colaboración semanal en este diario leonés. Es decir, de su inmensa paciencia para conmigo como lectores, habituales o no, y de mi privilegio escritural (¿a cuántos conciudadanos les gustaría tener a su disposición dos mil quinientos caracteres para expresar semanal y libremente su opinión sobre vario asunto?) y he comenzado a cavilar sobre si no será tiempo de darme y, aún mejor, darles un descanso y liberar espacio para pluma más esperanzada de lo que la mía se está haciendo amén de amarga.

Y más, teniendo presente que como dijo Hipócrates «el número siete por sus virtudes ocultas… es el dispensador de la vida y fuente de todos los cambios…».

De aquí a allá, les escribiré de mis cavilaciones y hasta es posible que aborte la cuenta atrás.

Buena semana hagamos y tengamos. ¡Salud!