Óscar García Bárcena (I)

07/07/2022
 Actualizado a 11/07/2022
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Estas cosas apuntadas fueron vistasy oídas al pasar. Escritas y leídas con el mismo ánimo: pararse un momento y después seguir. Yendo de paso.

Una deriva, una foto reflejada.

Vistas en un barrio de la ciudad y sus alrededores. La ciudad actual, la que todavía se deja atravesarenun paseo. Pero también en distancias, periferias, lugares y tiempos de otro calendario.

Son ráfagas, estelas. Fluidez, en una época en la que parecen prosperar de nuevo los Grandes Retablos. No, la ciudad tiene que ser pateada, cruzada en todos los sentidos, para que esté viva.

Secuencias, ráfagas, fugacidad. Quedan ahí durando, un momento. Después, como las hojas de un periódico, se van al aire.

Sombras, transparencias, cristales empañados.

Mira, escucha, fíjate. Por ejemplo:
Hoy lo más visible en la acera quebrada (el mundo pequeño de mi calle) son dos dientes de león que, obedeciendo a una ley (amarillo y verde) más antigua que la humanidad erguida y armada, han brotado en el mismo día que en el calendario señala su entrada la primavera.

Un paisano: No aguanto el olor a tabaco, ¡con lo que yo he fumado!

Un gato sube por una escalera con pasos de baile. Se para en lo alto y se queda pensativo.

(Continuará)

Ildefonso Rodríguez
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