Os hace falta ‘El Putina’

Ocurría con frecuencia en la famosa discoteca Royal Sigor’s de Pola de Gordón. No se si tiene que ver que cómo estaba en inglés no nos entendíamos o que había tendencia a apagar mucho las luces por si llegaba «lo agarrao» o es que los cubalibres todavía tenían un precio razonable o... llámale dios, llámale energía pero algo había.

El caso es que allá contra las cuatro o las cinco de la mañana se montaba casi todos los sábados la tremolina sin que el bueno de Tristán pudiera hacer nada, que mira que lo intentaba. Se desataban las carreras para aquí y para allá, un vaso roto, unos cuántos insultos, algún perdido «te mato joputa» que sobresalía sobre la música de Bonnie Tyler, que parecía exacerbar los ánimos...

El caso es que la tremolina no parecía tener fin hasta que uno tomaba la voz y decía: «¡Quietos! Que yo creo que somos todos de los mismos».

Oye, y así era, habían ido todos juntos, en dos coches, eran del mismo pueblo y se estaban pegando entre ellos.

¿Cómo podía ser? Era. El misterio estaba en los de un pueblo, el mío, que llevaban en sus filas a uno pequeño al que llamaban con mucho acierto ‘El Putina’. Era experto es ciscar, sacar a bailar a la novia del pinchadiscos, decirle cosas bonitas a la que iba con el jicho y cuando menos cuenta te dabas se había montado la tremolina. En ese momento El Putina no perdía la calma e iba sacando a sus colegas de la trifulca, en silencio y a lo zorro, que es lo suyo. Y cuando se daba cuenta el enemigo se estaban dando a dolor entre ellos.

Y digo yo. Estos del SOE de León ¿no les interesaría que, por un cargo módico, les ponga en contacto con El Putina y que venga a ofrecer sus servicios a esta trifulca, que parece la Royal Sigor’s a las cuatro o las cinco de la mañana.

Le hacen falta profesionales.