Ordoño II: modernizar o no León

José Antonio Diez Díaz
24/04/2018
 Actualizado a 11/09/2019
Esa es la idea, modernizar la ciudad. Ganar un espacio para los residentes, las bicicletas y los peatones y sacar paulatinamente el tráfico del centro. Hacer de León un lugar más habitable y sostenible. Que cuente con un recurso turístico más y que sea generador de dinamismo comercial y riqueza económica, si lo sabemos aprovechar. La ciudad lleva meses acostumbrada al corte de Ordoño II y nada ha pasado. No hay problemas de circulación en las calles adyacentes y la gente ya tiene sus itinerarios alternativos establecidos y asumidos. Es el momento, este viernes, en el que los concejales del Ayuntamiento tendremos que elegir entre apostar por una ciudad más sostenible y moderna o no. Modernidad o pasado.

No voy a repetir en estas líneas que amablemente cobija La Nueva Crónica que León va mal, la letanía esa que todos conocemos, la de la muerte lenta pero inexorable de una ciudad y una provincia que parecen haber perdido el pulso histórico. Tampoco mentaremos aquí la lista de agravios, que existen, que son ciertos y que han lastrado nuestras opciones de desarrollo. Sin ir más lejos, la Junta de Castilla y León gobernada por el Partido Popular durante décadas y principal responsable de nuestro declive.

Y digo que no voy a recrearme en ello porque este viernes, soberanamente, los representantes de la ciudad de León tomaremos una decisión sobre si peatonalizar Ordoño II o no hacerlo. Nadie nos dice cómo ha de ser el modelo urbanístico ni de movilidad ni cómo tenemos que regular el tráfico. El pleno monográfico que desde el PSOE forzamos a convocar decidirá el futuro inmediato de esta avenida.

Es curioso comprobar cómo la historia se repite y los argumentos que hoy se utilizan en contra de la iniciativa son los mismos que se utilizaron para oponerse cuando se peatonalizó la calle Ancha en los años 90 y, probablemente, cuando se decidió restringir el tráfico en otras calles, como la de Burgo Nuevo. En su momento, hubo que elegir entre que la ciudad progresase o no.

En este debate que se ha generado en torno a Ordoño hay que dejar bien claras dos cosas: que sí es un debate necesario y prioritario, porque no excluye de cualquier otro que sea de interés para León, y que la decisión que finalmente se adopte no condicionará otras que desde el Ayuntamiento mejoren la situación de los barrios de la ciudad o cualquier otro servicio o infraestructura porque es una decisión estrictamente política y sin coste económico. La decisión es una única decisión política, pero de gran calado porque desvela quién tiene un proyecto ciudad, quién piensa a largo plazo para hacer de León una ciudad moderna y con posibilidades y quién o quiénes se han quedado en el rédito inmediato de no hacer nada y esperar. Retrasar otro tren para León de los cientos que nos han llegado ya con demora debido a la falta de compromiso, de apuesta, de voluntad de los partidos más retrógados que nos han gobernado en los últimos años.

Llevamos años luchando por Torneros, por la llegada sin restricciones de la Alta Velocidad, por la instalación del CRC y por consumar la integración de Feve. Peleando por otras infraestructuras y palancas de desarrollo como puede ser la conclusión del Palacio de Congresos, la Autovía León-Valladolid o la potenciación del Incibe como polo de desarrollo tecnológico. Es evidente que sin esas infraestructuras León no va a remontar. Pero peatonalizar Ordoño II suma. Y suma porque entre las razones que encontramos para adoptar esta medida están, entre otras, la revitalización del comercio y el impulso de la zona como nuevo centro turístico (en la esperanza de que en un futuro no muy lejano la Catedral conecte con el Palacio de Congresos y sea el auténtico pulmón de la ciudad).

Pero no solo hablamos de una oportunidad económica, hay más razones para el sí: recuperación de la Avenida por los peatones, reducción de emisiones contaminantes de los coches y del ruido, mejora de la calidad de vida, mayor seguridad para los ciclistas –con la habilitación de un carril-bici bidireccional–, acceso normalizado de vehículos de los residentes, carga y descarga, transporte público y emergencias y reducción del tráfico en coches hacia el centro de la ciudad.

Este proyecto era el que tenía en mente el alcalde en enero de 2016. El que anunció Ana Franco, concejala de Urbanismo. El que apoyamos decididamente 13 concejales de la corporación (PSOE, León en Común, UPL y León Despierta). Al que dijeron «no»los cuatro concejales de Ciudadanos. Los que, hoy por hoy, son los que están boicoteando este proyecto beneficioso para León, a saber por qué barreras mentales que les impiden ver lo obvio, o, lo que sería peor, por qué intereses de difícil confesión.

Este viernes confiamos aún que alguno de los actores que impiden ahora mismo poner en marcha esta medida modernizadora cambien su postura y la posibiliten. Silván y el Partido Popular recuperando su proyecto original que tenían para Ordoño II. O Ciudadanos, un partido que en León solo acierta cuando rectifica. Y esperamos que esta vez también sea así.

José Antonio Diez Díaz es el Portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de León
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