El atleta berciano Saúl Ordóñez regresó a la competición en la República Checa con buenas sensaciones aunque sin lograr el objetivo último que se proponía en su primera carrera desde septiembre de 2020, la reunión ‘Golden Spike’ de Ostrava.
Y es que el de Salentinos corrió los 800 metros buscando bajar del 1:45.20 que supone la mínima para estar en los Juegos Olímpicos de Tokio este verano, algo que se le escapó por un segundo (1:46.23) y que deja entrever que podrá lograrlo a poco que recupere esa chispa competitiva que no tiene desde hace casi un año. Con varios mítines en el calendario en semanas próximas, tendrá más opciones para lograrlo.
El pupilo de Uriel Reguero fue sexto en la prueba que se llevó el jovencísimo Max Burgin (1:44.14, líder del año) y en la que nadie más que él corrió por debajo de esa mínima olímpica.
Ahora, Ordóñez pondrá rumbo a Gran Bretaña para tratar de demostrar esas buenas sensaciones en un buen crono en los 1.500 metros, su otra baza de cara a los Juegos Olímpicos.
La cita de la Liga de Diamante en Gateshead le servirá al berciano para reencontrarse con esa distancia, en la que ya fue capaz de bajar de los exigidos 3:35.00 en un atípico 2020.
Ordóñez vuelve con buenas sensaciones aunque sin mínima
El de Salentinos corrió los 800 metros de la reunión de Ostrava un segundo por encima del tiempo exigido para Tokio en su primera prueba desde septiembre
19/05/2021
Actualizado a
19/05/2021
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