Ópera Prima, una banda de culto

Liderado por Pacho Rodríguez y Alejandro Díez, fue uno de los grupos más emblemáticos de la década de los ochenta, y este sábado vuelve a reunirse en El Gran Café con su formación original

Emilio L. Castellanos
29/09/2015
 Actualizado a 19/09/2019
La formación más estable de Ópera Prima, con Alejandro Díez, Emiliano Díez, Pacho Rodríguez y Jordi Hidalgo.
La formación más estable de Ópera Prima, con Alejandro Díez, Emiliano Díez, Pacho Rodríguez y Jordi Hidalgo.
Una conversación en plena calle supuso el inicio de un proyecto sobre el que, a su manera, se abalanzan ya tres décadas. Fue en 1985 (o acaso 1984, que la memoria no se pone de acuerdo) cuando Pacho Rodríguez reclamó la atención de Alejandro Díez a la altura de La Payana, en la calle Capitán Cortés (a dos pasos de la Pícara), para proponerle la formación de un grupo musical. Era entonces el momento de mayor ebullición de la denominada movida madrileña y algunos de sus ecos se hacían sentir en una ciudad, la de León, que se iba poco a poco desembarazando del "impasible ademán" del franquismo y desperezaba horizontes más luminosos. Pacho y Alejandro sellaron una colaboración que desembocó en la fundación de una banda de pop a la que denominaron Ópera Prima y que disfrutó de un liderazgo compartido que apuntaló un tipo de propuesta musical que, aún hoy, no se aprecia desfasada o erosionada por el paso del tiempo. Ópera Prima nacía sin más ambición que "la de hacer música", como confiesa Pacho Rodríguez, actualmente entregado a la profesión periodística aunque sin haber ahuyentado jamás su devoción musical. El primer ensayo lo llevaron a cabo en la casa de Jordi Hidalgo, en las Cortes, un chaval que, aunque tentado por el rock más visceral y vehemente (algo que dejó evidenciado en otra banda leonesa de honda raíz histórica y acentuado matiz punk, Brutos Sekos), no le hacía ascos, por paradójico que pareciera, a una buena canción pop. Jordi participó en la fundación de Ópera Prima y desde aquel lejano 1985 selló su condición de batería oficial del grupo, honor que aún hoy ostenta. Gelo Baíllo, apellido ilustre de la historia de la música leonesa, ejerció como primer bajista de la banda. Otrora miembro de grupos de tanto abolengo como La Fuga, Deicidas o Cardiacos, actualmente hace evidente su indiscutible talento en México. Aquella primera formación de Ópera Prima (Pacho y Alex a la guitarra y las voces, Baíllo al bajo y Jordi a la batería) abrió el camino a un grupo al que hoy nadie discute sus privilegios en el devenir de la música de León.

Fue un grupo autodidacta ("aprendimos sobre la marcha, realmente no teníamos ni idea de lo que teníamos que hacer", asegura Pacho) que insistió en una idea propia que al cabo del tiempo maduró y sirvió de base a las más de cincuenta canciones que consolidan el repertorio de un grupo que vivió su primer momento de inflexión con la llegada de Emiliano Díez en sustitución de Gelo Baíllo. Con éste en sus filas, ya integrado en una formación que quedó estabilizada durante varios años, Ópera Prima disfrutó probablemente de su etapa más fructífera gracias a un copioso repertorio, nacido del ingenio, la lucidez y la capacidad de Pacho y Alejandro, a la estrecha interacción de sus cuatro componentes y a los numerosos conciertos que protagonizó. "Eran tiempos sin infraestructuras, sin programadores y había que buscarse la vida y actuar donde se podía o te llamaban", recuerda Pacho. Lo cierto es que Ópera Prima actuaba como una auténtica pandilla de amigos que no vivía de espaldas a una ciudad que musicalmente encontraba un referente decisivo en Cardiacos y donde afloraban formaciones tan carismáticas como Fundación Odessa, La Fuga y Deicidas.

La marcha a finales de los 80 de Alejandro Díez (el mismo que en un concierto en Ponferrada acababa hundido en el escenario tras ceder este o que se lanzaba sobre su mar de seguidores en una actuación en La Pícara, el mismo que acabó siendo Cooper, uno de los nombres de privilegio de la música nacional contemporánea), cuya adscripción mod le condujo de manera natural al desarrollo de un proyecto personal como Los Flechazos (donde se percibían algunos de los aromas de Ópera Prima), desató una pequeña crisis en un grupo que se medía también con la inevitable marcha de algunos de sus integrantes a otras ciudades para concretar sus estudios universitarios. Alejandro era un soporte fundamental en la trayectoria de Ópera Prima, hasta ese momento poseedor de una maqueta, hoy pieza codiciadísima de coleccionistas, grabada por Gerardo ‘Groucho’ Villalba e integrada por diez temas (se vendía a 350 pesetas la unidad y pronto dejó de haber existencias), uno de los cuales, ‘Oportunidad’, fue interpretado por el cuarteto en 1986 en el programa televisivo de Carlos Tena, por entonces uno de los grandes gurús de los medios especializados nacionales, A-uan-ba-buluba-balam-bambu. Sin duda, constituyó uno de los grandes acontecimientos en el transcurrir de una formación que vivió otros logros, como su recordada actuación en la sala Siroco de Madrid dentro del Imaginarock o sus ‘teloneados’ de Loquillo o Cardiacos. La concepción excesivamente centralista de la música negaba el pan y la sal a las propuestas que llegaban desde las periferias y esa fue una de las razones por las que el pop elegante y muy elaborado de Ópera Prima apenas tuviera la trascendencia que se merecía.

Pepe Cascallana tomaba el relevo de Alejandro. Su llegada daba nuevo impulso a la acción de Ópera Prima y coincidía con la grabación de su única referencia discográfica, un single titulado ‘Singlemente’, integrado por tres temas y del que se agotaron sus quinientas copias de tirada. Es curioso que un grupo de la calidad de Ópera Prima apenas contara para la industria y son contadas sus canciones que han quedado plasmadas en soporte discográfico. Al citado ‘Singlemente’ habría que sumar únicamente los recopilatorios ‘Salvemos la Catedral’ o ‘10 de 10’. Ni siquiera fue reclamado para el inolvidable ‘Oye tú qué pasa aquí’, aquel doble disco que apadrinó el Ayuntamiento de León y que incluía la presencia de varios grupos de los que asomaban a mediados de los ochenta en León. "La verdad es que no sabría decirte por qué no grabamos en ese disco", insiste Pacho Rodríguez.

Ópera Prima languideció en los noventa. Cada cual tomó su rumbo y encaró nuevas rutas. Aun así, la esencia del grupo se mantuvo ahí. Nadie olvidó el poso que un grupo tan de culto como este dejó. Y ahí estaban sus seguidores (muchos, realmente muchos) para evitar que este acabara arrasado por el olvido. Tal es así que recientemente sus componentes (que jamás perdieron de vista el asunto musical) volvieron a verse, a tocar juntos, a despertar muchos recuerdos… La presencia de Ópera Prima se ha mantenido siempre firme y jamás se ha dejado doblegar por la oscuridad del tiempo. Por eso, era inevitable que regresara al escenario. Lo ha hecho de forma esporádica y siempre que los hados eran propicios para sus integrantes. Este sábado, a las 22:30 horas y con entrada a 8 euros, se suma a la celebración del XXV aniversario de El Gran Café con un concierto especial y nada nostálgico en el que se interpretarán 19 canciones y que contará con la participación de Pacho, Emi, Jordi (ya en casa después de un tiempo en Panamá), Alejandro y Pepe. Estos dos últimos se alternarán sobre el escenario. Será un momento excepcional que contará con el prólogo de la banda leonesa The Rock Roachs y una ‘pinchada’ de Saltitos Pinchadiscos.
Lo más leído