15/03/2020
 Actualizado a 15/03/2020
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Según cuenta mi madre, cuando empecé primaria, hace ya quince años, los profesores pidieron que compráramos un ordenador para poder hacer algunos deberes. A día de hoy, en pleno 2020, soy yo quien pide a los profesores, y más aún en la excepcional situación en la que nos encontramos, que utilicen internet y todas las plataformas que tenemos a nuestro alcance para dar clase en condiciones.

Desde el miércoles, las universidades madrileñas se encuentran cerradas y, pese a las propuestas enviadas por el Rector para dar clases online, aún no hemos recibido ningún correos de profesores dispuestos a hacerlo. La medida que muchas universidades han tomado es la de extender el calendario académico quince días, pero no parecen tener en cuenta las necesidades o planes del alumnado. En mi caso concreto, no es una situación grave ya que se trata de un viaje que tengo planeado desde octubre y cuyos vuelos no puedo anular, pero me afecta porque tendría que dejarme asignaturas directamente para la recuperación. Sin embargo, la situación se complica con muchos de mis compañeros que son de otras comunidades autónomas y alargar medio mes el calendario académico implica que se vean obligados a pagar un mes más de alquiler o a renunciar a contratos laborales.

Aunque a día de hoy no podemos saber si los efectos del coronavirus habrán terminado dentro de tres o cuatro meses, está claro que esta medida no beneficia a prácticamente nadie. Si hay asignaturas que consisten en que un profesor te dicte el temario o se siente a leer un power point durante tres horas, yo me pregunto cuál es el problema de subir esos apuntes correspondientes a estas dos semanas a la plataforma. Así, ellos darían todo el temario y nosotros no tendríamos que estar quince días más en verano; todos salimos ganando.

Durante la etapa universitaria, todos nos hemos visto obligados a aprender temario extra que no ha dado tiempo a dar y todos hemos aprobado, a veces con buena nota, asignaturas a las que solo hemos ido un día. No poder ir ahora a la Universidad tampoco supone un cambio radical en la mayoría de asignaturas, solo hace falta estar conectados, no solo online, sino también a la realidad.
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