'Onironauta': navegando por los sueños

La excepcional artista cacereña Ana H. San Pedro presenta en la galería Sharon Art su obra reciente en la que expone sus sueños y su mundo interior en una serie de lienzos y tablas cargadas de belleza y color

Vicente García
09/10/2021
 Actualizado a 09/10/2021
Detalle de ‘Inside H2House’.
Detalle de ‘Inside H2House’.
Adentrarse en cualquiera de los cuadros de Ana H. San Pedro es introducirse en un mundo particular y onírico cargado de múltiples imágenes de su ser interior como ella misma reconoce. Los títulos de sus obras combinan el italiano, donde comenzó su carrera, con el latín, el inglés y el castellano. Preguntada sobre su obra ha realizado una serie de comentarios de su exposición con una voz reposada, suave y delicada, expresando sus puntos de vista sobre esa obra y la forma de trabajar y ver la vida a través de sus sueños.
‘Onironauta’ es una palabra que la autora ha concebido como definición de su trabajo en el que el sueño es una parte fundamental a la hora de la creación de sus cuadros y habla de ese viaje a través de sus sueños de este modo: «es una palabra que define muy bien tanto mi forma de ser como mi mundo pictórico. Un onironauta es alguien que navega entre sus sueños de un modo entre consciente y no consciente, y es en la manera en la que yo concibo mi obra».  

Su obra es muy imaginativa y colorista y parte de unos principios surrealistas aunque modificados a lo largo de años de trabajo y de sueños que son base de esa manera de crear, como ella dice: «es tanta la imaginación que siempre he tenido, que tengo la capacidad de acostarme pensando en el próximo cuadro que tengo que plantear, dormirme y soñar con ese cuadro. De esta manera el cuadro siempre va a tener una parte de sueño, pero con consciencia y otra parte que pertenece en su totalidad a ese mundo de sueños».Al contrario de la mayoría de los mortales que recordamos fragmentos inconexos de nuestros sueños o no recordamos nada al cabo de un rato, ella reconoce: «tengo la capacidad de recordarlo después y la pintura que yo hago navega entre los sueños ya sea de manera lúcida o no. Creo que no es solamente una manera de vivir sino de plasmarlo en mi obra que siempre la han definido como muy onírica y se mueve entre el surrealismo puro y el realismo fantástico».Su forma de pintar que nace del surrealismo y de eso no hay duda, ha sido valorada por comentaristas y críticos de formas diferentes como ella cuenta: «El término con el que más me identifico siempre me ha gustado llamarlo ‘neo barroco’, porque bebe de muchas fuentes del barroco, es recargado, e incluso en muchos lienzos recurro al tenebrismo de los fondos para resaltar la oscuridad y la luz de los personajes y de los objetos, aunque siempre me ha costado poner una etiqueta a mi pintura, porque si en algo coinciden los críticos es que es un estilo que no se parece a nada, por lo que es difícil catalogarme en un estilo o una escuela». Por ello siempre es preferible que sea el espectador quien vea la obra y decida su punto de vista».

Un aspecto que se percibe en sus pinturas es que, en general, pinta bellas muchachas, aunque también otros elementos del atuendo femenino y lo explica así: «mi obra se basa y homenajea a la figura femenina y además en las exposiciones cuelgo una colección de cuadros de botas o zapatos siempre relacionados con el mundo onírico, el zapato se convierte en un galeón pirata o bajo el mar y está cargado de objetos. Es un elemento femenino porque siempre tienen tacones y eso indica su naturaleza, como homenaje a la femineidad y sobre todo mi pasión por el calzado».

Su obra habla de sí misma, los elementos que acompañan las figuras que forman parte de esos sueños que nos quiere trasmitir son algo propio, algo de su propia vida como comenta: «todos los cuadros tienen algo de autobiográfico, por ejemplo en el tema de los zapatos, tuve un abuelo que creaba zapatos de ahí viene mi interés por este elemento. Y los objetos recurrentes en mi obra guardan relación con mi vida: cerraduras, llaves, chucherías, golosinas, porcelanas, aunque tienen un valor estético, muchos me acompañan desde mi niñez porque mi obra tiene algo que lleva al mundo de la infancia que no me ha abandonado nunca, la mujer que soy ahora está siempre agarrada de la mano de la niña que fui y por eso en toda mi obra hay un algo infantil; juguetes, antigüedades, objetos vintage, son elementos recurrentes que hacen que mi obra sea reconocible a primera vista».

El sueño hace que en sus cuadros veamos escenas de lo más extraño, pero son esos elementos que acompañan a las figuras femeninas, de hermosos rostros y rizos singulares o a sus zapatos, esa parte del sueño en el que vive inmersa la autora como bien dice: «yo estoy siempre soñando, es mi forma de vida, llevo más de 20 años pintando y aparte de estar enfrentándome al lienzo muchas horas al día, mi cabeza no deja de soñar ni de imaginar, estos mundos que yo creo no tendrían razón de ser si no estuviera todo el día imaginándolos y se me ocurrieran cosas, siempre ando despistada y me disperso mucho y es porque, de vez en cuando, me evado porque estoy pensando en otros mundos, de los cuales muchos verán la luz en alguna de mis tablas, otros lógicamente se quedan en el camino porque no me da la vida para recrear tantos mundos como yo imagino».

Y además de ello el color, el contraste de colores con unos tonos singulares que dan expresividad de sus lienzos y tablas y sus colores, según ella: «tengo una paleta de color muy definida a la que recurro constantemente». Formas, colores y sueños, un mundo en ebullición que no dejará indiferente a nadie, sino que hará que quienes vean sus obras sepan que tienen que ver con la vida, con los sueños y con la belleza.

Sus proyectos para el futuro son seguir creando mundos oníricos y mostrar su obra no solamente en España, sino en el resto del mundo, y ya tiene previstas varias exposiciones.

Conviene visitar y disfrutar esta esta exposición que permanecerá hasta el próximo 23 de octubre en la galería Sharon Art.
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