20/04/2021
 Actualizado a 20/04/2021
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Confieso que cuando me enteré que en Albéitar ponían el documental del mes Oeconomía, dudé. Noto cómo últimamente a mucha gente le ha dado por cuestionar el capitalismo como si fuera el principal causante de todos los males de la sociedad. Intuí que por ahí, y a base de tópicos, irían los tiros. Pero me encontré con un documental serio, con un guion bien trabajado y estéticamente brillante.

La directora, Carmen Losmann, tras la crisis de 2008, se cuestiona el sistema económico global porque «algo no funciona» y plantea a economistas, directivos de importantes empresas y banqueros privados –desde el economista jefe del Banco Central Europeo hasta un alto cargo de la gestora de inversiones PIMCO– de dónde nace el dinero, cómo lo fabrican los bancos al conceder créditos a los particulares o el Banco Central Europeo al comprar bonos. Cuál es la relación entre crecimiento económico, beneficio y deuda. En 2011, el filósofo Maurizio Lazzarato, en ‘La creación del hombre endeudado’, decía: «La deuda no es un impedimento para el crecimiento. De hecho, representa el motor económico y subjetivo de la economía moderna. La creación de deuda (…) ha sido concebida y programada como el corazón estratégico de la política neoliberal».

Son cuestiones complejas nada fáciles de responder sin detenerse un poco, como les ocurre a algunos de los entrevistados. Al fin y al cabo, nos aclaran, «nadie está obligado a endeudarse». Y es cierto que los niveles actuales de endeudamiento tanto de particulares como de estados preocupa: ¿Hasta qué tasas se puede endeudar un estado para seguir «aportando» masa monetaria? ¿No tiene límites la compra de deuda de los Bancos centrales que no deja de ser algo externo a la propia economía real?

El documental desconcierta porque parece que no todos los actores que intervienen en este sistema sean capaces de entender su propio papel y, sin concretar, deja abierta la posibilidad de otras alternativas. «El objetivo –decía la directora– es que las imágenes estén abiertas a la interpretación. No entro en el aspecto de bondades confrontadas a maldades; solo me interesa hablar de un modelo que nos fuerza a expandir cualquier oportunidad de inversión para mantener en marchar el flujo de la oferta monetaria. Y después, cuestiono la ideología del lucro, que todos seguimos de manera más o menos consciente sin evaluar sus condicionantes y perjuicios».
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