19/10/2022
 Actualizado a 19/10/2022
Guardar
Será la presión social de un momento difícil. O la búsqueda infatigable de responsables. También puede tratarse de absoluto cansancio. El ambiente de crispación es constante en la sociedad de nuestros días. Vivimos descontentos con la política, hastiados con los medios de comunicación y disgustados con las personas. Todo, absolutamente todo, nos parece mal.

Compartimos nuestro fastidio en nuestro círculo más cercano, comidas familiares o acodadas en la barra del bar con unas amigas. Y vomitamos nuestro enfado más visceral en Internet. Mejor dicho, odiamos. Es difícil que salgamos a pegar cuatro gritos a las calles, quejándonos de todo aquello que nos preocupa. No obstante, sí que es bastante probable que cojamos el teléfono, abramos nuestras aplicaciones favoritas y nos pongamos a ‘hacer trajes’ a diestro y siniestro, a sentar cátedra y a ordenar al prójimo sobre su propia conducta.

Odiamos al personaje público porque «mira qué foto ha subido, llena de filtros» o «vaya cara, estás hecha un adefesio, péinate». Y luego clamamos sobre autocuidado y autoestima, pero solo un día al año.

Odiamos al medio de comunicación que, por un lado, adoctrina y no contento con eso, también se equivoca porque «quién es el becario que ha escrito esto». Como si la juventud estuviera reñida con la profesionalidad. Y además, se lo hacemos saber.

Internet, y especialmente sus redes sociales, han conseguido la consecución y difusión de logros que seguramente no hubieran sucedido de otra manera. Pero también se ha convertido en un auténtico muro de las lamentaciones en el que solo nos importa imponer nuestro pensamiento. Y la mayoría de las veces imponerlo mal. A muchas nos sirve para echar balones fuera y a otras tantas para canalizar nuestras frustraciones personales.

Tomar aire, contar hasta diez y volver a empezar. Aunque es difícil porque no sé si «será la presión social de un momento difícil. O la búsqueda infatigable de responsables. También puede ser cansancio. El ambiente de crispación es constante en la sociedad de...».
Lo más leído