Obsesión con el tráfico

Lo de abrir y cerrar al tráfico las calles más céntricas es un tema periódico en las campañas electorales y después una cabezonería que se convierte en un problema en muchas ciudades. Todo por la obsesión de unos y la terquedad de otros sobre cuestiones de contaminación y movilidad frente a dinamización del comercio.
Hay quienes piensan que el gran problema de que el comercio tradicional venda menos que antes es porque la arteria principal de la ciudad está abierta a los vehículos. O cerrada, porque el mismo argumento se usa para justificar las dos posturas contrarias sin pensar que el mayor enemigo de los negocios de siempre estancados está en un aparato que usted y yo tenemos en el bolsillo.

El mismo ejemplo de abrir o cerrar la avenida más comercial, que en ambos casos se justifica en «mejorar la movilidad» y en «favorecer al comercio» los tenemos sin salir de la provincia y son consecuencia de las últimas elecciones. En La Bañeza una de las grandes medidas del nuevo equipo de gobierno es abrir la Plaza Mayor –salvo cuando se celebran eventos muy puntuales, como es lógico– mientras que en la capital leonesa se cierra casi a cal y canto Ordoño II después de gastar un dineral en reformar la calle y dejar unas aceras descomunales.

La izquierda tiene muchas obsesiones, pero el tema del tráfico y su interés por cerrar las calles o colocar chismes que dificulten la conducción y que seguramente venda el primo del hermano del vecino de no sé quién del partido es algo desmedido. En León, en Valladolid, en Madrid y allá donde a los ciudadanos les dé por cambiar de color se van a cerrar calles al tráfico; eso delo por hecho hasta que llegue una nueva cita con las urnas y vuelvan a rodar los coches.

El caso de León con Ordoño cerrado al tráfico va a ocasionar muchos más problemas de los que en su día protagonizó Fernández Ladreda. Ahora con coches como toda la vida. Para los que vamos una vez a la semana a la capital serán molestias, pero para los que viven o trabajan allí un gran problema a diario. ¿Y los atascos en República Argentina? ¿Y los que empiecen a ir a comprar a las afueras porque allí sí pueden ir en coche? ¿Y…? Supongo que ya se darán cuenta.