03/07/2022
 Actualizado a 03/07/2022
Guardar
Inversores serios, familias con necesidades de vivienda y también aquellos que se asoman al inmobiliario como quien va de tiendas pero ha dejado la cartera en casa porque salió con bermudas sin bolsillos se habrán dado cuenta de que la obra nueva en León está a precios de infarto. Y justo, justo, para la firma de esas hipotequitas el euríbor estará en firme remontada, ¡pero habrá que firmar, no vaya a subir más!

Lo constatado por este ojeador no se refiere a lo que se construye en las espaciosas zonas de la Granja o la Universidad (donde –lección aprendida de La Lastra– han aplicado el efecto dominó y van levantando según se va vendiendo) sino a los edificios que aparecen con cuentagotas en calles más céntricas, sin ser exactamente Santo Domingo. Los 435.000 euros por un cuarto de 122 metros útiles en el Edificio Eria hacen pensar que el ático se coronaría a medio millón (también llamado sueldo Nescafé para toda la vida). Pero en las webs de las promociones nunca verán las últimas plantas a la venta, quedan para los nietos.

Las mencionadas parecen salvajadas de dinero, aunque no faltará quien compre. Huelen a locura de burbujita, de tal modo que al día siguiente de la compra esos pisos se podrían depreciar un diez por ciento y no pasaría nada, porque de ahí a quedar su precio en los 130.000 euros por 130 metros de la calle Covadonga hay mucha cuesta abajo.

Reconociendo que la vivienda nueva es un bien de categoría y necesidad completamente diferentes a los alimentos y los carburantes, cabe la pregunta de si estarán los constructores haciendo como esos minoristas usureros de los que se sospecha que han aumentado los precios aprovechando que ya iban a subir con la inflación. No se sabe, y en su favor hay que decir que no escatiman en materiales: suelos radiantes, aislamientos super eficientes y domótica. Hace muchos años que el ladrillo de barro para las fachadas y la pizarra (la naranja de los materiales de construcción: producimos las mejores para exportar) en el tejado dejó de ser la combinación admirada. ¡Qué tiempos aquellos en que el chalet del Club de Tiro de Valdelafuente hacía babear a todo el que dejaba León dirección Valladolid, tan imponente con su mezcla de ladrillo y pizarra!

Ahora en la obra nueva se llevan los materiales sintéticos luminosos mientras a aquel chalet le han arrancado hasta la última de las ventanas y de las calles que lo rodean han desaparecido todas las alcantarillas. Y los viajeros con destino Valladolid solo tienen ojos para la desoladora estructura de hormigón de los adosados que iban a constituir la urbanización Campo de Tiro, en su momento promocionados como obra nueva también.
Lo más leído