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O cansinos o callados

24/04/2022
 Actualizado a 24/04/2022
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A raíz de la toma de posesión de Fernández Mañueco como presidente de la Junta lo apuntaba, en su párrafo final, el editorial de este periódico el pasado miércoles: «… pero quizá –decía– sí que ha llegado el momento de que el PSOE-CyL inicie su renovación». Un consejo más que natural, después de la comparecencia ante la prensa del ‘amo’ Luis Tudanca una vez concluido el acto. Y sin vaselina. Para qué. La recomendación editorial es razonable y, a la vez, un secreto a voces dado el estado actual de los socialistas en la birregionalidad.

Ahora bien, que todo un secretario general autonómico no se aburra de soltar siempre la misma monserga y ante los mismos –los periodistas– cansa. Provoca el bostezo. Y ayuda a dormitar. ¿Cuántas veces va a estar repitiendo que el pacto PP-Vox es vergonzoso y lo peor de lo peor? ¿Acaso los de Abascal son unos delincuentes o unos indocumentados? Debería mirar, antes, para los socios de su admirado Pedro Sánchez, porque, al final, la pamplina que se gasta a diario se le irá yendo de las manos. Se le caerá a pedazos. Y a ver si se le mete en la cabeza que perdió las elecciones y el pacto es tan democrático como legítimo. Le guste o no. A él y al resto de las tribus que colonizan la política nacional.

Y otra cosa. La UPL se equivoca cuando toma decisiones de patio de colegio. Ahora me enfado y no respiro. Y no voy a Valladolid a hacerle el caldo gordo a Mañueco cuando jure la investidura. Error. La Unión del Pueblo Leonés tiene tres procuradores en la Junta y ello implica, en el peor de los casos, ejercer la cortesía parlamentaria. No les restaría un ápice de credibilidad. Cuestión diferente es que quieran ponerse a la altura de los socialistas, quienes, por un absurdo acuerdo grupal, le negaron el saludo al presidente de las Cortes durante la sesión constitutiva de la institución. Carlos Pollán es de Vox y eso es un ‘estigma’ insalvable. Sin embargo, horas después, los pupilos del puño y la rosa no actuaron igual para subirse escandalosamente el sueldo. Y es verdad que la UPL protestó por ello.

De todas las maneras, los leonesistas, con Luis Mariano Santos al frente, deberían ser más reivindicativos para solventar otras cuestiones. Su pacto con el PSOE en la Diputación continúa haciendo aguas. De ahí a la befa hay un paso. Y lo saben. Y eso sí que es de mayor calado para los intereses de la provincia, que la inasistencia al hemiciclo pucelano, chapas discursivas incluidas. Queda poquito más de un año para las municipales y todo apunta a que no se moverá una paja. Y la UPL quedará retratada por su falta de hacerse valer. Matías Llorente, su representante emboscado en el Palacio de los Guzmanes, les sigue tomando el pelo.
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