Se acerca el verano y, con él, una de las noticias más feas e inhumanas que cada año llegan a las páginas de los periódicos: Perros abandonados, ¿gente? que para irse de vacaciones los dejan al lado de alguna gasolinera mientras huyen a cien por hora.
Así nació una de esas frases que calaron entre la población porque además tenía razón: «Él no lo haría», decía la frase sobre la fotografía de un perro abandonado y triste. Tanto es así que no lo haría que la noticia más leída en prensa en los años previos a Internet fue la de un perro que llegó de Bélgica a Gijón buscando a sus dueños, siguiendo su estela.
Para losgalgos la situación es más triste. No hace falta que llegue el verano, en su caso no hace falta que lleguen las vacaciones basta con que se acabe su campaña de trabajo, la temporada de caza, o que su dueño entienda que debería seguir mejor a las piezas de caza para que se quede tirado en cualquier carretera, abandonado en cualquier monte e incluso no faltan casos en los que un tiro en la cabeza pone punto final a una historia que debía pasar a los anales de la ignominia.
No todo va a ser triste. Cada día son más los que están dispuestos a adoptarlos, a llevarlos a casa, a ofrecerles nueva vida y nuevos sueños.
Por eso no extraña que el galgo entre los sueños marinos del tatuaje y el cariño cierto de la dueña mire sin dudar para la chica.
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