Nuevos papás en época de pandemia: "La alegría y la preocupación se solapan"

Tomás y Jeni cuentan la experiencia de traer al mundo a la pequeña Claudia, que nació en el Hospital del Bierzo, en plena pandemia

D.M.
08/04/2020
 Actualizado a 08/04/2020
La pequeña Érica pasea a su recién nacida hermana por su finca de Folgoso. | T.V.
La pequeña Érica pasea a su recién nacida hermana por su finca de Folgoso. | T.V.
La pequeña Claudia llegó al mundo en el Hospital del Bierzo hace unos días, en plena expansión de la pandemia del coronavirus. Su madre, Jeni, fue la última paciente en dejar la planta de maternidad antes de que el servicio de Partos fuera trasladado a Clínica Ponferrada para alejarlo del impacto infeccioso del Hospital y dejar camas libres para pacientes de coronavirus. Jeni y Tomás, que viven en Folgoso de la Ribera, se debatían en estos días entre la alegría de recibir a su nueva hija y la preocupación por su situación . sumada,además al cierre temporal del negocio familiar, el Bar Moralejo, de donde salía el sueldo de Tomás.

Lo que no dudanes que en el Hospital «el trato fue excelente, matrona y enfermeras y auxiliares de diez, no tenemos un pero, todo lo contrario», aunque al papá sí le llamó la atención «que aún hubiera gente sin mascarillas en algunas áreas del Hospital».
«Somos afortunados de que esto llegó en un momento en que estábamos todos bien», explica el padre.Para la mamá, «en la semana 38 comenzó la preocupación y con el confinamiento, el ansiedad. Lo que quería es que la niña naciera antes de que el Hospital se colapsara. Otra preocupación era mi hija mayor, de cuatro años, porque alguien debía cuidarla. Tuve que dejar de ver las noticias y las redes, porque me faltaba el aire», expresa.

Por fortuna, todo salió bien. Jeni agradece a su matrona, Laura, y a todo el equipo que la atendió que convirtieran el momento «en algo bonito», y quiere trasladar esta sensación a todas las premamás que vayan a pasar lo mismo en los próximos días.

Ya en casa, «tenemos suerte de vivir en un pueblo, en una casa con finca, y de estar en un sitio donde vemos el sol, la hierba y oímos a los pajarines, si queremos, podemos correr. Siempre me he sentido afortunado de vivir en un pueblo, pero ahora más». No quieren ni pensar en esta situación en «un piso en Madrid», explica el padre.

Respecto al día a día, «estamos acostumbrados a ir a la compra un vez a la semana. Esperamos a ir a comprar desde que empezó al estado de alarma, más tiempo incluso que de lo que iríamos en estado normal». Y esta situación les permite también «poder estar los cuatro juntos en casa», aunque sin poder recibir visitas de la familia, que aún no conocen en persona a la recién llegada Claudia.«Ni los que iban a venir de Andalucía, ni los que viven a 200 metros de nosotros», explica Tomás.

«Espero no tener que pedir algún díaperdón a mis hijas por haberlas traído a un mundo como éste»A Jeni, se le Junta también otro sentimiento.Ella es enfermera de profesión, y aunque ahora los esfuerzos están centrados en su recién crecida familia y su bebé, también hay momentos en lo que «estoy con la cosa de no poder estar trabajando, ayudando en todo esto».
Se sienten también orgullosos de su hija mayor, Érica. «No ha protestado por salir. Le hemos dicho que no hay un bicho por ahí que no podíamos salir y no ha dado la vara». La pequeña pasea a su recién nacida hermana por la finca y disfruta de los amigos perrunos que la familia tiene en propiedad y en acogida.

Lo cierto es que «la felicidad que teníamos que tener de estar superfelices, un poco apagada por las circunstancias» dice Tomás, y a veces «empiezo a filosofar cómo tratamos al mundo, a los animales, y espero no tener que pedirles alguna vez perdón alguna vez a las niñas por haberlas traído a un mundo como éste». También animalista y vegano, Tomás lamenta que tratamos muy mal al planeta y a los animales, todo esto viene de las malas prácticas con animales salvajes, «se cazan a animales sin garantías sanitarias, los llevan a mercados, y no aprenderemos.... esta pandemia se pasará más pronto que tarde y no sé si habremos aprendido algo de dejar a los animales tranquilos y darle un respiro al planeta».
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