Nieto de Nazaria, hijo de Serafín: el guardián de una receta familiar

Pablo Ferrero, de Embutidos Ferju, acumula unas cuantas alegrías gracias a la cecina de León IGP que elabora en Pobladura de Pelayo García, junto a su madre, Merce

T.G.
05/11/2020
 Actualizado a 05/11/2020
Pablo Ferrero rodeado de la cecina de León IGP que elabora en Pobladura de Pelayo García. | MAURICIO PEÑA
Pablo Ferrero rodeado de la cecina de León IGP que elabora en Pobladura de Pelayo García. | MAURICIO PEÑA
El timbre suena y la puerta no tarda ni un minuto en abrirse. Con una bata de un blanco impoluto aparece Pablo Ferrero, a quien además se le adivina la sonrisa de oreja a oreja tras la mascarilla. "Entrad", dice dejando paso a un templo de adoración de carnívoros. El olor a embutidos curados es desde el primer segundo un festival para el sentido del olfato. "Yo apenas lo noto ya, es como que estuviera acostumbrado", comenta Pablo, que desde que era un niño recuerda haber estado junto a su padre aprendiendo un oficio al que llegó antes de tiempo. "Mi padre, Serafín, enfermó, yo estaba de Erasmus y dejé los estudios de la universidad para, junto a mi madre, seguir con la empresa familiar", explica este joven dePobladura de Pelayo Garcíaantes de mostrar las instalaciones que Embutidos Ferju puso en marcha en 1989.

"Mi abuela Nazaria tenía un bar y una carnicería. De esta última se hizo cargo mi padre y aquello derivó en lo que hoy es Embutidos Ferju", cuenta Pablo orgulloso de la historia que estas últimas semanas ha sumado unas cuantas alegrías gracias a una de sus elaboraciones más destacadas, la de la cecina de León IGP. "Está muy bueno, aunque esté mal que yo lo diga...", dice Ferrero rodeado de unas piezas de cecina que esperan el paso del tiempo para alcanzar un gran de maduración óptimo para poner a la venta.

Embutidos Ferju ha sido premiado con la máxima distinción de los 'Great Taste Adwards' en Reino Unido "Seleccionamos bien la materia prima y no tenemos prisa en que se curen. La cecina necesita de calidad y de tiempo", asegura mientras señala algunas que ya cumplen los 12 meses y están listas para ser disfrutadas. Esas claves, junto a la ausencia de conservantes y colorantes y un proceso de elaboración artesanal, han sido las que han llevado a Embutidos Ferju a recibir recientemente un importante premio en el concurso 'Great Taste Adwards', unos galardones internacionales organizados por The Guild of Fine Food, una prestigiosa asociación de productos gourmet. Esta ha otorgado la máxima calificación a la cecina de Ferju, una distinción que llevaron otros 15 productos españoles entre los que figura otra empresa de embutidos leonesa, Entrepeñas de Geras de Gordón.

Para Pablo y para su madre, Merce Juan, esto supone un "orgullo" al que suman otro éxito que es el haber sido elegidos como uno de los tres productos que han optado al 'Tenedor de Oro'. En este caso finalmente el premio fue otorgado a unas anchoas asturianas pero aún así la nominación "ya es una satisfacción". 

Su cecina IGP de León ha sido uno de los tres productos de todo el mundo nominados al premio 'Tenedor de Oro' Pero además de esta cecina reconocida internacionalmente y que elaboran bajo el marchamo de calidad de la IGP Cecina de León, en Embutidos Ferju hacen otro tipo de productos como el chorizo, otro de sus productos "de más éxito". Pablo abre una puerta de una cámara y allí están colgados en varales de hierro que se alzan hacia el techo de las instalaciones. Las corras se cuentan por cientos y el apetito apremia sin importar la hora con solo contemplar el espectáculo. "Controlamos el proceso de principio a fin: llega el cerdo entero y lo utilizamos íntegro para hacer chorizo y salchichón a excepción de los lomos", explica Ferrero que señala a la otra punta de la sala donde penden los lomos.

Salchichones, panceta, jamones, lengua curada y costillas completan el elenco de productos que Ferju dispone tanto para venta directa como para distribución a comercios tradicionales, negocios de hostelería y algún supermercado. Con un total de nueve trabajadores Ferju sigue escribiendo la historia que empezó Nazaria en Pobladura de Pelayo García. En aquel obrador, a buen seguro, era tan importante la materia prima como la sabiduría. Estos gramos de pimentón, estos de sal, tal y cual carne, unas manos curtidas por el tiempo para mezclar bien el adobo y muchas matanzas acumuladas a su espalda... Aquella vieja receta la guardan hoy Pablo y Merce. Huele que alimenta, mejor sabrá.
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