20/08/2021
 Actualizado a 20/08/2021
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Es prácticamente imposible, si no se ha tenido la desgracia de haber vivido algo similar, ponerse en el lugar del dolor que estará viviendo esa familia ponferradina que ayer tuvo la desgracia de querer tomarse algo antes de comer en el centro de la ciudad. Ninguna palabra servirá para consolarles a ellos ni para quitarles el susto del cuerpo a los que, con la suerte de su vida, se libraron por centímetros del mismo fatídico destino. Sin embargo, lo ocurrido ayer sí debe servir para cambiar las cosas y para que nadie tenga que volver a lamentar nada parecido o al menos por la misma causa.

Porque les cierto que los accidentes ocurren, que muchas veces no hay motivo, pero en este caso si lo hay y no me vale. Que un anciano se desoriente no es una cuestión fortuita. Seguramente él sufra con lo que ha hecho, pero del mismo modo debe asumir la responsabilidad de haber generado tanto dolor y las autoridades de permitir que gente de más de 80 años tenga acceso a un carnet de conducir sin ningún test previo.

Cada vez son más los accidentes de tráfico que ocurren porque conductores de avanzada edad simplemente no están en condiciones para poder coger el coche, siendo conscientes de ello la Dirección General de Tráfico y los encargados de los exámenes psicotécnicos, ambos dependientes de un negocio tremendamente lucrativo como es el de la renovación de los permisos de conducción y las tasas relacionadas con los vehículos. Todos hemos pasado por el trámite de renovar el carnet de conducir echándonos unas risas para ver si el circulito sale o no de la curva. Quizás haya que darle un poco más de importancia a la autorización para coger un coche que puede hacer mucho mal.

Al igual que hay una edad mínima para poder acceder al permiso, quizás deba a haber una máxima. Seguro que hay chavales de 16 años capaces de coger un coche con la máxima seguridad como también los habrá de 86 que conduzcan con la mayor fiabilidad. Pero igual que uno se tiene que esperar, quizás el otro tenga que asumir que ya no puede o que para hacerlo tiene que pasar algún control medio serio. Lo que sea, pero que no tengamos que lamentar más desgracias.
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