Ni son los padres ni son los reyes...

05/01/2021
 Actualizado a 05/01/2021
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Esto ya es un sindiós que creo que no lo arregla ni dios —con minúscula, con el otro no logro entrar en contacto—. Desde que el Rey padre pasa unas navidades islamistas lo que libera a la reina madre para las celebre como ortodoxa; el rey negro es blanco en Alicante y nos roba así el momento antiracista de nuestras infancias cuando le pedíamos casi todo a Baltasar porque nos parecía que iba a ser más generoso; los del Viejo Reino le piden a los reyes que los magos sean Bermudo, Ordoño y Urraca, introduciendo ladoble cuota femenina/leonesista; y, sobre todo, desde que a los tres magos de Oriente y sus camellos les ha desplazado por obra y gracia de los grandes almacenes un barrigón vestido de camión de Coca Cola que a pesar de los años que hace que viene por aquí no sabe decir en castellano más que «ujujú»... desde esos momentos no me negaréis que esto es un sindiós en el que aquella leyenda de que los reyes eran los padres se ha quedado más vacía que la fuente de celebrar los ascensos de la Cultural.

Esto de los reyes a la carta mientras Papá Nöel sigue siendo el mismo de siempre –el que patrocinaron El Corte Inglés, Zara, Leclerc, Carrefour...– es como ir robándonos la infancia sólo porque el 6 de enero se venden muchos menos juguetes que el 24 de diciembre. Nos roban la infancia, la magia y hasta los disgustos que llevábamos cuando, año tras año, les habíamos pedido una ambulancia con sirena, que sonaba quemando pilas, pero ellos insistían en dejarnos un jersey que se parecía mucho al que estaba haciendo la abuela unos días antes, una caja de pinturas de Alpino que, vaya casualidad, nos servían para la escuela y pastas caseras.

Si supiera de quién es la culpa, pero vete tú a saber.
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