¿Ni intensiva ni extensiva?

Las autoridades parecen haberle declarado la guerra a la ganadería, en todos sus formatos, en todos los territorios, y hacen de los ganaderos prácticamente una especie en extinción

a medida es ruinosa para muchas juntas vecinales cuyos ingresos dependen de esta actividad
01/03/2023
 Actualizado a 01/03/2023
La ganadería parece estar en el punto de mira de nuestros dirigentes políticos. La intensiva se ha cuestionado en más de una ocasión porque según algunas teorías agrava el cambio climático. Eso ha provocado que a algunos de nuestros ganaderos, los que consiguen sobrevivir al alza de precios de los productos que necesitan para realizar su actividad y a la inestabilidad de lo que les pagan, estén en ocasiones mirados con lupa, e incluso injustamente criticados por una parte de la sociedad. En la argumentación, se habla siempre de que la ganadería extensiva es mucho más beneficiosa, para el clima, para los animales, para la salud. Ahora resulta que el ministro de Agricultura se ha sacado de la manga un factor de corrección usando tecnología e inteligencia artificial (parece que lo que indudablemente falta es lo primero) que reduce las subvenciones a mínimos, lo que afectará al 90 % de nuestros ganaderos porque aumentará la competencia, y los precios, para hacerse con los mejores pastos. La medida es también ruinosa para muchas juntas vecinales cuyos ingresos dependen de esta actividad. ¿Le han declarado la guerra a la ganadería, tanto intensiva como extensiva?

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