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Necio hasta que os rindáis

05/01/2020
 Actualizado a 05/01/2020
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Veo en la mi televisión —que no es de plasma como la del Bar de Sidoro pero se ven las caras de los jatos que hablan dentro— que en las estaciones de los pueblos van a quitar a los paisanos y las paisanas que te vendían los billetes para el tren para sustituirlos por una máquina como la del tabaco, que hará lo que le de la puta gana y al final te da un papel mientras dice «su billete, gracias. Que tenga buen viaje».

Lo venía yo maliciando desde los tiempos del difunto Nisio el de Voznuevo, mi héroe desde que una vez vio que le iba a parar la guardia civil cuando bajaba con la moto (y con casi 90 años), cogió y estranguló el paso de la gasolina hasta que se le caló.

Le pararon, pero logró convencer a la pareja (eran dos) de que les podía enseñar los papeles que quisieran pero que estaba muy preocupado porque se le había calado la moto. Con aquella cara y aquella edad... los convenció. Le empujaron y cuando vio que ya estaban lejos de su coche, abrió la espita, arrancó la moto y ya no paró más. Se metió para el camino de Voznuevo, se escondió en un portal y adiós buenas tardes.

Pues Nisio cada vez que bajaba a León iba a la estación, donde estaba la ventanilla de sacar billetes.

- ¿Me da un billete para Voznuevo?

- Un momento.

Pasaba un rato buscando.

- Cómo me ha dicho?

- Voznuevo.

- ¿Con uve?

- Las dos.

- No le pregunto la hora, le digo que si se escribe con uve.

- Sí señor, las dos. La de Voz y la de Nuevo.

- Pues es que no encuentro ese pueblo en el listado ¿Está seguro de que tiene estación?

- No señor, no la tiene.

- Entonces, ¿para qué viene?

- Para que la pongan. Y no voy a dejar de venir hasta que la pongan. Yo necio.

Y se murió y no la habían puesto, que igual fue por eso la cosa, del disgusto. Ya no te digo si ahora se entera de que además de no tener estación no tiene a quién pedirle el billete.

Pa habernos matao. O para matarlos.
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