Necesitamos una receta, por Javier Santiago Vélez

El senador del PP por León analiza las fortalezas de la provincia tras la pandemia

Javier Santiago Vélez
10/06/2020
 Actualizado a 10/06/2020
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A mis 33 años, tan sólo habré escuchado miles de veces la ocurrente y electoral propuesta de luchar contra la despoblación.

Se han gastado muchos seminarios, estudios y observatorios en investigar este raro suceso de la despoblación. El último en el que estuve, no pude por menos que irme a los diez minutos, ya que ninguno de los ponentes había vivido en un municipio de la España rural.

Y ahí está uno de los problemas, que por mucho estudio que se haya hecho, la solución la sabemos los que aún aguantamos en los pueblos, y no necesitamos unas soluciones artificiales creadas desde un despacho.

A mí me gusta hablar de la España equilibrada, y no de la España vaciada. He aquí el segundo de los problemas, debemos de mirar a nuestros pueblos desde una perspectiva optimista y proactiva, y no desde el consuelo y el ostracismo. Cuántas veces hemos escuchado a nuestros padres decir «estudia para que puedas salir del pueblo». Yo a mis hijos les diré «estudia para que puedas volver al pueblo, generar valor añadido y luchar para que no se muera».

Me cabrea cada vez que escucho a alguien decir «mundo rural», y la razón es muy sencilla, que yo sepa hay un mundo sólo, con su parte urbana y rural. De nuevo nos encontramos con otro fallo, no hay dos mundos, ni dos tipos de vida, con diferentes derechos y obligaciones, no, y rotundamente no. Hay un medio rural, en el que unos valientes han y hemos decidido libremente vivir en él, y sólo pedimos tener los mismos derechos y obligaciones que los que libremente prefieren una ciudad.

Mi querida tierra exige merecidamente un futuro mejor, para ello, necesitamos compromisos y mucha inversión. Parece fácil, pero no lo es. El problema no sólo radica en buscar el apoyo de las diversas administraciones, sino en saber qué plan o receta necesita León. No queremos ni necesitamos un León a dos velocidades. Por ello, esa receta «provincializada» debe de abordar la despoblación del 90% de las comarcas leonesas, y para ello, esa receta debe de «bajar al terreno» y ver comarca a comarca la solución potencial que en cada una de ellas radica.

En estos doce meses como representante leonés en la Cámara Alta, he podido visitar 129 municipios de nuestra provincia, no sólo hablando con representantes municipales, sino con vecinos, empresarios, ganaderos, agricultores, etc. En esta ronda de contactos a pie de pueblo he podido constatar varias realidades comunes a nuestras heterogéneas comarcas.

Cuando escuchamos que el 90% de la población tendrá un internet digno, parece que nos quedamos tranquilos y pensamos, ya será mala suerte que nos toque a nosotros. Lo que no nos damos cuenta, es que si vives en un pueblo del medio rural, tienes todas las papeletas para que te toque ese desgraciado premio.

El 10% de la población excluida de muchas generalidades para el tema de coberturas e internet es la que vive en el medio rural, Sí, ese que queremos salvar. ¿Para qué queremos tener internet en un pueblo?, se preguntarán algunos. La respuesta es clara, porque queremos sobrevivir. No sólo porque lo podamos usar como entretenimiento o red social, sino para fomentar el emprendimiento y el teletrabajo, para incorporar las nuevas tecnologías a nuestros negocios rurales, para darles ese empujón tecnológico para luchar en mercados cada vez más globalizados.

La segunda de las realidades es que tenemos vías de comunicación «olvidadas» que son fundamentales para el desarrollo de León.

La AP-71 que vertebra nuestra provincia, con peaje, la AP-66 que nos comunica con el mar, aunque no te lo creas, también con peaje. La ansiada vía de comunicación entre Posada de Valdeón y Camaleño en Cantabria, la cual podría dar salida «leonesa» a 700.000 turistas cada año, ¿sabéis cómo está? Parada, a pesar del empuje del municipio de Posada. El sector pizarrero, ese gran desconocido, que da empleo a miles de personas en el Bierzo, La Cabrera, La Bañeza, Astorga… y que exporta diariamente a medio mundo, pide una salida a Sanabria desde La Baña, para comunicar los miles de euros diarios de producción con la A-52, y así tener un transporte más rápido y barato hasta los puertos gallegos. La autovía entre La Bañeza-Braganza, la cual serviría de estímulo para la comarca bañezana, dando un mayor valor añadido a sus materias primas.

Por último, aunque me podría pasar medio periódico hablando de vías de comunicación, termino con la imprescindible A-76, la autovía Ponferrada-Ourense. Sólo tienes que ir un día por la Nacional existente y darte cuenta el problema que supone para mercancías y para turismos atravesar esta carretera llena de tráfico y de difícil orografía.

No empecemos la casa por el tejado. Primero, sepamos cual es nuestro plan, creemos nuestra receta para León y, luego, exijamos un futuro digno para esta tierra de Reyes.
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